29/03/2024

Salud

Una de cada cinco personas se le diagnosticó ansiedad, depresión o insomnio después de tener COVID-19

11/11/2020 |



Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry reveló que las secuelas del nuevo coronavirus son además de físicas también mentales. Los detalles

La llegada de la nueva enfermedad que derivo en una situación extraordinaria como el confinamiento produjo un impacto negativo en la salud mental de la población. Pero además de afectar a las personas producto del aislamiento social, también hay secuelas en pacientes recuperados con COVID-19 que encienden nuevas alarmas en las secuelas de la enfermedad que paralizo al mundo entero.

El coronavirus ha sumido al mundo en la incertidumbre y las constantes noticias sobre la pandemia pueden parecer implacables. Todo esto está afectando la salud mental de las personas, independientemente de si tienen una enfermedad mental diagnosticada.

En este contexto, una investigación reveló que muchos sobrevivientes de COVID-19 tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades mentales. Esta afirmación surge después de que un grupo de investigadores de la universidad de Oxford publicara un estudio en donde aseguró que el 20% de los infectados con coronavirus son diagnosticados con un trastorno psiquiátrico en 90 días posteriores.

La ansiedad, la depresión y el insomnio fueron los problemas de salud mental más comunes entre los pacientes recuperados de COVID-19, según mostró el estudio publicado en la revista científica The Lancet Psychiatry. Los investigadores también encontraron riesgos significativamente más altos de padecer demencia o deterioro cerebral conforme pase el tiempo.El 20% de los infectados con coronavirus son diagnosticados con un trastorno psiquiátrico en 90 días posterioresEl 20% de los infectados con coronavirus son diagnosticados con un trastorno psiquiátrico en 90 días posteriores

El diagnóstico psiquiátrico más frecuente después del diagnóstico de COVID-19 fue el trastorno de ansiedad entre los que se encontraba el trastorno de adaptación, el trastorno de ansiedad generalizada y, en menor medida, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno de pánico.

Para algunas de las millones de personas con trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo u otras formas de ansiedad, el coronavirus es una amenaza creciente para la salud mental. La hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad es una afección psiquiátrica en la que una persona tiene ansiedad extrema de tener o desarrollar una enfermedad. Su ansiedad puede aumentar hasta el punto de que afecta la vida y las relaciones cotidianas.

“La gente ha estado preocupada de que los supervivientes de COVID-19 tengan un mayor riesgo de problemas de salud mental, y nuestros hallazgos muestran que esto es probable”, dijo Paul Harrison, profesor de psiquiatría de Oxford.

La investigación analizó los informes electrónicos de salud de 69 millones de personas en Estados Unidos, incluyendo más de 62.000 casos con COVID-19. Es probable que los hallazgos sean los mismos para los afectados por coronavirus en todo el mundo, dijeron los investigadores.El diagnóstico psiquiátrico más frecuente después del diagnóstico de COVID-19 fue el trastorno de ansiedad El diagnóstico psiquiátrico más frecuente después del diagnóstico de COVID-19 fue el trastorno de ansiedad

Los médicos y científicos de todo el mundo deberían investigar las causas e identificar nuevos tratamientos para las enfermedades mentales después de padecer la enfermedad COVID-19 y poder reducir así el impacto negativo en las personas.

“Los servicios de salud deben estar preparados para proporcionar atención, particularmente porque es probable que estemos subestimando nuestros resultados”, añadió.

En los tres meses siguientes a un resultado positivo por COVID-19, a uno de cada cinco pacientes se le diagnosticó primero con ansiedad, depresión o insomnio. La cifra representa casi el doble que en otros grupos de pacientes en el mismo período, según dijeron los investigadores.A uno de cada cinco pacientes se le diagnosticó primero con ansiedad, depresión o insomnio. A uno de cada cinco pacientes se le diagnosticó primero con ansiedad, depresión o insomnio.

El estudio también llegó a la conclusión de que las personas con una enfermedad mental preexistente tenían un 65% más de probabilidades de ser diagnosticadas con COVID-19 que las que no la tenían.

Especialistas en salud mental que no han estado directamente involucrados en el estudio dijeron que estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la COVID-19 puede afectar el cerebro y la mente, aumentando el riesgo de una serie de enfermedades psiquiátricas.

“Esto se debe probablemente a una combinación de factores de estrés psicológico asociados a esta pandemia en particular y a los efectos físicos de la enfermedad”, dijo Michael Bloomfield, psiquiatra experto del University College London.

Los especialistas en salud mental que no participaron directamente en el estudio dijeron que sus hallazgos se suman a la creciente evidencia de que el COVID-19 puede afectar el cerebro y la mente, aumentando el riesgo de una variedad de enfermedades psiquiátricas.

Con información de Reuters