29/03/2024

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Caso Elsa Hut: “No hay pruebas que incriminen a mi hijo, es una mala jugada de su cabeza”, dijo la necochense Paula Hernández

06/12/2022 |



Gonzalo Ullúa, quien tiene 23 años de edad, continúa detenido en la causa que se inició tras el hallazgo de la vecina de Orense, Elsa Hut, con heridas muy graves, el sábado 29 de octubre. Su madre Paula Karina Hernández, se acercó ayer por la mañana a nuestra redacción, para dar a conocer su postura.

En el inicio de la entrevista, señaló que “primero que nada quiero dejar claro mi respeto a la familia, por todo lo que están pasando. Se en la piel lo que es estar del otro lado” (Ver nota aparte: La pérdida de una hija policía).

Son de Necochea y según indicó, Gonzalo Ullúa residía en Orense desde hace aproximadamente tres meses. “Conoció a su novia, la mamá de su hijita hoy por hoy, siempre estaba yendo y viniendo hasta que los últimos tres meses se encontraba estable en Orense. Trabajando y a punto de alquilar una propiedad para vivir solos, porque estaban en la casa de los suegros”, explicó.

Sostuvo que “Gonzalo es una persona con una patología psiquiátrica importante, voy a evitar dar los diagnósticos porque tampoco me corresponde. Pero con muchos episodios sobre todo en estados de consumo y abuso; su problemática es de drogas, a veces acompañado por alcohol. Es algo que él viene arrastrando desde hace muchos años”.

En este sentido, mencionó que “en un momento tuvo una internación en un centro de adicciones y atención psicológica y psiquiátrica en San Pedro que se llama Los Naranjos”.

Contó acerca de una recaída que padeció por el fallecimiento de su hermana, pero expresó que “recibió mucha contención y seguimiento. Desde entonces tuvo situaciones esporádicas, pero hacía muchos meses que no abusaba de esto”.

La madre aseguró que “la realidad es que Gonzalo tiene más problemas psiquiátricos que de consumo. Lamentablemente, porque sus patologías son para toda la vida. Las adicciones no se curan, pero siempre se puede lograr una recuperación e ir día a día”.

Paula Karina Hernández hizo referencia a lo que sucedió el fin de semana en que fue hallada Elsa Hut. Puntualizó que el sábado 29 de octubre recibió un llamado de su hijo: “Se comunicó porque había tenido una discusión familiar con la suegra, totalmente fuera de este caso. Furioso porque la suegra le pidió que se fuera, lo echó, se quería llevar la bebé, le dije que se disculpae, que haga las cosas bien, que reflexione, no podía ir a Necochea y perder el trabajo, después iba a ser más difícil alquilar. Respecto a la criatura, le respondí que bajo ningún punto de vista tanto yo como ninguna de mis hijas lo apoyaríamos en que se llevara a la bebé, no lo íbamos a permitir”.

Agregó que “le ofrecí que si quería lo iba a buscar, que se calmara. Hubo un episodio que no sé porque acudió la policía, pero siempre dentro del contexto de un problema familiar”.

Viajó en remís hasta Orense y regresó a Necochea con su hijo. “Cuando llegamos ya eran altas horas de la noche y en el camino le reiteré ‘tenés que respetar a tu suegra, si tiene razón te disculpás y agachas la cabeza, si no tiene razón también’. Fue lo poco que hablamos, él se acostó a dormir y yo también”.

El domingo 30 por la mañana, “Gonzalo se despertó y me preguntó dónde estaba yo. Me envió un WhatsApp desde la habitación, mi casa es grande. Le respondí que me encontraba en la cocina desayunando, si quería venir, no me contestó”, recordó.

Comentó que posteriormente “golpearon la puerta, era el padre de Gonzalo. Mi yerno le avisó, entonces él bajó, conversó con su padre -que vive en otro domicilio- y a los 15 o 20 minutos me llamaron, que querían hablar conmigo. Me contaron que a Gonzalo le parecía, estaba confundido, no recordaba bien, tenía la impresión porque había visto las noticias, de que él podía estar involucrado en un accidente de tránsito refiriéndose a lo que había leído de la señora Elsa”.

En este marco, de acuerdo a sus apreciaciones, la madre le planteó que “te tenés que entregar. El me dijo ‘me entrego, llamo a la policía, no sé si estuve o no estuve’. Apresuradamente por intentar hacer las cosas bien, como cualquier ciudadano que se aplica a la ley, lo presiono y digo vamos. Lo trajimos a Tres Arroyos, se entregó y empezó la película de terror”.

En una evaluación de su decisión, observó que “no tuve en cuenta que necesitaba en ese momento hacerlo atender a Gonzalo en el psiquiatra, pasar por guardia, sinceramente me nublé. Vinimos, se entregó y comenzamos con todo esto”.

De acuerdo a su testimonio, “estuvo un día aprehendido en DDI, un día en la parte de salud mental del Hospital Pirovano” y por la noche lo dejaron en libertad. “Gonzalo me llamó para que lo fuéramos a buscar. Se había quedado solo y estaba sedado como si le hubiesen dado medicación a un caballo por decirlo de alguna manera. Llamé a la DDI para ver quién se hacía responsable, me dijeron que iban a enviar un policía para que lo acompañara hasta la llegada a Necochea. Varios días después lo detuvieron; en forma previa, recibimos una orden de allanamiento en nuestra casa”.

El tiempo, aseveró, “se me hace eterno. Gonzalo se sigue manteniendo en que no se acuerda, a esta altura cree que es imposible, como que va entrando en sí cuando sale de los ataques de pánico porque no está bien psiquiátricamente. Ha ido a salud mental, traslados con una orden de un juez en la mano, la primera, la segunda, la tercera, no quiero arriesgarme si también fue la cuarta vez que no lo atendieron hasta que lo pudieron atender. Son irregularidades que le traen muchas complicaciones a Gonzalo. Necesita ser atendido”.

Cuestionó que “le han cambiado la medicación, lo que le dan no le hace bien, le produce náuseas, mareos, no está atendido por su problemática porque no lo escuchan. Está en un calabozo en la Comisaría, lo tratan por abstinencia, y la realidad es que Gonzalo no tiene ese problema. Frente a una situación difícil, el cambio de medicación o la cantidad de dosis no lo está ayudando”.

Sobre el estado de su hijo, comentó además que “tiene mucho estrés desde ya, con ataques de pánico. No recuerda, se imagina que existía alguna posibilidad de que la hubiese chocado con el auto, se analiza, hace mea culpa, pero considera que es incapaz de ser tan brutal”. Al respecto, subrayó que “desde que conocimos los informes de los médicos (sobre Elsa Hut)… Mi hijo no ha tenido episodios de violencia, nunca intervino en disturbios, nunca había entrado en la Comisaría, no tiene antecedentes”.

En la noche del viernes 28 de octubre y madrugada del sábado 29 de octubre, Gonzalo Ullúa salió en el automóvil de su novia, se fue de su casa y luego regresó. “El se va vestido de una forma y vuelve con la misma ropa, sin rastro de nada. No sé cuánto tiempo”, afirmó su madre sobre esta circunstancia.

Relacionó lo que ocurrió con experiencias anteriores similares: “No lo naturalizamos, pero de alguna manera esto no nos es extraño porque cuando Gonzalo está en estado de consumo empieza a sentir que lo van a secuestrar, que alguien lo puede lastimar, que le van a pasar cosas. Siempre ha tenido esos espacios de desaparición o de actuar raro”.

Dio una serie de ejemplos, en algún caso incluso con reacciones que determinaron que lo llevaran a “la guardia de un neuropsiquiátrico”. Y añadió que “en ocasiones más leves, aunque no tenga una actitud tan extrema, se ha ido. No me enteré lo que estaba pasando en ese momento, si hubiese estado ahí si bien me hubiera alarmado, no estaría sorprendida. Se va, se aisla, desaparece. No lo naturalizamos, pero ha sucedido -reiteró-. Es parte de como se le complica a él el problema de su mente cuando está en situación de consumo”.

También desconocía que su hijo realizó un trabajo para Elsa Hut, hasta que se lo informaron. “No conozco la vida diaria de Gonzalo en Orense, después de esto alguien me contó que en una oportunidad él había ido a la casa de la señora a hacer un trabajo”, respondió.

Habló de la manera en que se encuentra su familia. “Es difícil, es triste, desgarrador, con una incertidumbre terrible. Estamos frente a una investigación donde a veces me pregunto cómo es posible que mi hijo siga detenido. Entiendo que él se entregó, pero es su relato de que pudo haber estado; yo digo quizás él pasó y vio, se asustó, después cuando analizó todo esto sintió que pudo haber estado ahí”.

Se refirió a una consulta que hicieron “con un médico en el hospital neuropisquiátrico, luego de que Gonzalo estuviera en salud mental de Tres Arroyos. Textualmente me dijo ‘la verdad es que creo que tu hijo está peor que nunca, no lo visualizó en el lugar. No soy policía pero como médico no lo visualizo’”.

Marcó sus diferencias porque “están armando la causa en base a un mensaje de texto de mi yerno, sacado de contexto”. También le otorgó relevancia a que “ahora se me informó que la señora (Elsa Hut) había recibido golpes con algo contundente que no aparece, que no lo relaciona a mi hijo”.

Puede visitarlo los jueves en la Comisaria, tal vez no esta semana porque el sábado pasado le diagnosticaron Covid-19 a su hijo; y tienen contacto telefónico. “Está diciendo que se quiere suicidar, que no confía en nadie, siente que lo van a lastimar”, enumeró.

Compartió su impresión sobre eventuales responsabilidades: “Pienso todos los días de mi vida y durante la noche porque no puedo dormir, que la persona que fue capaz de hacer esto se encuentra sentada en el living de su casa mirando el partido en el sillón. Sin ofender ni desmerecer el trabajo de nadie, para mí la investigación no está bien orientada”.

Con énfasis, aseguró que “soy una de las más interesadas junto a la familia en que se investigue. Pongan la mirada en otro lado y en otras personas, no sé en quien o quienes, me imagino que hay un abanico”.

Del mismo modo, indicó que “si mi hijo estuvo involucrado y se comprueba, y tiene que pagar, yo no le voy a soltar la mano pero voy a ser la primera en decir bueno se supo la verdad y es lo que le toca. Estoy convencida y no como madre, sino por lo que veo, que no es así. No puedo creer que en Argentina sea real lo que tantas veces he escuchado, son culpables hasta que se demuestre lo contrario. Se supone que uno es inocente hasta que se demuestra lo contrario”.

Insistió en que “yo sé que se entregó, siento toda la responsabilidad porque fue bajo mi presión. Considero y a pesar que hoy me duele, que hicimos lo que debíamos hacer”.

No obstante, opinó que “en esta instancia, donde no hay pruebas que lo incriminen, solo es una mala jugada de su cabeza, Investiguemos, dejemos de estar centrados en una sola persona imaginando que tiene un cómplice y que no lo delata. ¿Qué cómplice? ¿Dónde está? Si me guió por comentarios, dicen ‘que alguien le pagó mucho dinero’. ¿En qué lugar se encuentra? Mi nuera vive con los padres, porque no cuenta con un trabajo y tiene una criatura. Nosotros vivimos en condiciones normales como cualquier familia de trabajo, no tenemos para pagarle un millón de pesos iniciales a un abogado más todo lo siguiente”. Gonzalo Ullúa se encuentra representado legalmente por la defensora oficial Laura Pereyra.

A modo de conclusión, planteó que “no podemos seguir investigando algo que está vacío. Si Gonzalo no se hubiera entregado esto sería una hoja en blanco, aún con Gonzalo tras las rejas sigue siendo una hoja en blanco”.

Finalmente, dio a conocer que “estamos pidiendo el arresto domiciliario porque me parece justo. Espero un juicio como corresponde también, como debe ser. Más allá de la causa penal yo quiero destacar que mi mayor interés es preservar la salud física y mental de mi hijo. Quisiera solamente pedirle al juez de Garantías que como ser humano le otorgue el privilegio a Gonzalo de estar cuidado en mi casa, lo único que daría tranquilidad, vamos a esperar un juicio como corresponde, que se merece la familia y como debe ser, si tiene que pagar que pague y de lo contrario, que no. Es necesario para preservarlo”.

Al ser consultada sobre un eventual contacto con familiares de Elsa Hut, Paula Karina Hernández dijo que “espere mucho tiempo, me parecía que era un atrevimiento, que yo tenía que respetar, lo digo basada en la experiencia que viví con mi hija. Que eran sus tiempos y yo no tenía nada para aportarles, que les de mi afecto, mis respetos a ellos no les iba a sumar mucho”.

Sin embargo, dijo que “llegué a la conclusión de que si estuviesen de acuerdo, a mí con toda la humildad del mundo y el respeto me gustaría tener una charla. No sé dónde viven, no quiero averiguar y aparecer de repente golpéandoles la puerta porque me parece que no corresponde”.

Por esta razón, puntualizó que “le pedí a una de mis hijas, no tengo redes sociales en este momento porque nos quitaron los teléfonos y además ando con uno que funciona poco, que les deje un mensaje privado en Facebook con el número de teléfono”.

Señaló que “no he tenido respuesta, tampoco sé si por la negativa o porque no lo han visto. Puede ser que lo estén pensando o prefieren omitir la respuesta y darla por un no, tienen todo el derecho. No sé para que serviría, quizás escucharlos yo a ellos y ellos a mi puede ser que nos sea útil. Creo que tenemos el mismo interés en encontrar la verdad y acá se está trabajando sobre hipótesis que no están dando resultados. Analizarán en algún momento si existió la posibilidad de que Gonzalo no haya sido”.-

Fuente “La Voz del Pueblo” de Tres Arroyos.-