29/03/2024

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Novela sin fin: Para el Instituto Nacional de Arqueología el naufragio ahora es una embarcación de 100 metros de eslora

09/02/2023 |



Desde Eslabón Perdido emitieron un nuevo comunicado. El nuevo dictamen se contradice con los anteriores del mismo organismo: primero se dijo que eran restos arqueológicos y después una “estructura auxiliar portuaria” que se hundió. Ese instituto dejó sin efecto las restricciones para filmar el navío y realizar buceo deportivo. Todavía no se reconoce oficialmente que se trata de un submarino a pesar de que dos pericias privadas así lo dictaminaron.

“Las imágenes de sonar obtenidas por la Prefectura Naval Argentina (PNA) son compatibles con el pecio de una embarcación de aproximadamente 100 metros de eslora”, afirmó la directora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAyPL), profesora Maria
Acuña, al responder a un pedido de informes presentado por Eslabón Perdido, grupo de investigación que descubrió el naufragio ubicado en cercanías del puerto bonaerense de Quequén. Esta definición contradice un reciente informe técnico de la mismo dependencia, firmado por el arquitecto Cristian Murray en su condición de investigador del INAyPL, quien había afirmado que los restos náufragos encontrados se corresponden con una “plataforma auxiliar portuaria” construída a mediados del siglo XX. Respecto a la antigüedad, dicha estimación se basa en que el casco encontrado está soldado y, como se sabe, esta tecnología se comenzó a usar en la industria naval en los años 40. El término usado por Acuña, “embarcación”, es amplio ya que su significado, según el diccionario de la Real Academia
Española, es: “vehículo capaz de navegar por el agua”; y por esta razón puede ser aplicado tanto para mencionar barcos como a submarinos. Inclusive otra acepción aceptada de dicha palabra es “todo tipo de nave tripulada capaz de navegar sobre o bajo el agua” (Wikipedia).

Más allá de esta cuestión semántica, la profesora Acuña también reconoció que una de las piezas filmadas “probablemente se corresponda con una escotilla o pasa hombres”, tal como lo
había anticipado en su propio dictamen la PNA al analizar las imágenes de los restos náufragos.

En su informe, Acuña aclaró que el organismo a su cargo no cuenta ni con peritos ni con ingenieros navales, razón por la cual el informe técnico del naufragio fue firmado por el arquitecto antes mencionado. En ese sentido, la funcionaria también admitió que no se convocó a personal idóneo de otras dependencias o instituciones -por caso peritos de la
armada nacional o del Consejo Profesional de Ingeniería Naval- para interpretar las imágenes de referencia. También explicó que esa dependencia oficial, a pesar de haberse abocado al caso y de haber impuesto en su momento restricciones a la investigación de Eslabón Perdido, no ha
abierto expediente alguno, ni actuaciones administrativas, relacionadas al naufragio. Por otra parte, a modo de admitir que se trata de un casco relativamente moderno, la funcionaria señaló que ya no existe restricción alguna para el buceo deportivo y la filmación del navío en los términos de la Ley N° 27.275, de protección al patrimonio arqueológico de la Nación.

Finalmente Acuña aseguró que no hay ningún plan previsto, ni presupueso asignado, para
la identificación de la “embarcación” descubierta por el grupo Eslabón Perdido. Mediante dos pericias privadas realizadas por expertos, una nacional y otra internacional, se ha dictaminado que el naufragio encontrado se corresponde con los restos de un submarino alemán de la
Segunda Guerra Mundial. Al respecto, oficialmente el gobierno nacional no ha ratificado ni negado la conclusión a la que han llegado los peritos e ingenieros navales que realizaron dichos estudios.