En el ámbito polÃtico, las tensiones y desacuerdos que se venÃan gestando en la ACT (Agrupación CÃvica de Todos) finalmente han salido a la luz, marcando una fisura que no es solo cuestión de un voto. Los rumores sobre las diferencias internas en este grupo polÃtico eran un secreto a voces que, ahora, se han convertido en un tema de discusión público.
La discordia en la ACT no es un asunto reciente, sino que ha venido gestándose a lo largo del tiempo. Se han manifestado opiniones divergentes tanto en el seno interno de la agrupación como entre sus concejales. Además, el cierre de listas en las elecciones de junio pasado no fue precisamente una solución para estas tensiones, sino que dejó heridas abiertas y sin resolver.
Sin embargo, el punto culminante de estas diferencias se vivió recientemente en el Honorable Concejo Deliberante (HCD), durante la votación sobre el aumento del boleto de colectivo. A pesar de que el bloque habÃa dado su aval ad referendum para aprobar el incremento de la tarifa, la sesión reveló una clara división. Juan Pedro Arabarco votó a favor, mientras que Mariela Maceiro lo hizo en contra.
Este desacuerdo ha resaltado aún más la brecha interna, dejando en evidencia que no se han logrado consensos significativos en torno a un tema que ha estado en la agenda del Concejo durante un perÃodo considerable. La imagen de la votación, sin duda, se ha convertido en un sÃmbolo de estas tensiones internas y ha acaparado la atención en la sesión.
La ACT deberá abordar estas discrepancias de manera constructiva si pretende mantener su cohesión y su influencia en el ámbito local.