
El retorno de los créditos hipotecarios UVA ha generado gran expectativa en las últimas semanas, presentándose como una posible solución para reactivar la economía. El Banco Hipotecario lideró esta iniciativa, ofreciendo créditos UVA con una tasa adicional del 8,5%. Desde entonces, otras diez entidades, tanto públicas como privadas, han lanzado sus propias versiones con tasas que varían, comenzando desde el 3% para ciertas zonas.
El resurgimiento de los préstamos UVA ha revivido el debate sobre su viabilidad en un contexto de inflación creciente y salarios que no siempre mantienen el ritmo de los precios. Este fue el principal problema que causó controversia en el pasado: la indexación del capital adeudado en relación a la evolución de los ingresos, lo que llevó a muchos a cuestionar si es prudente endeudarse bajo este sistema.
Sin embargo, para tomar una decisión informada, no solo se debe considerar la relación entre salarios e inflación. Otro factor crucial es la evolución del dólar en comparación con la inflación, ya que las propiedades se valoran en dólares. Esto influye directamente en el peso de la deuda en moneda extranjera.
Según las expectativas de inflación del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, se espera que los precios suban un 50% entre mayo y fin de año, mientras que el dólar podría aumentar un 27%, alcanzando un tipo de cambio promedio de $1.320. Esto sugiere que la deuda en términos de dólares aumentaría más rápidamente que la suba del dólar, haciendo que la deuda sea más onerosa.
Esto plantea una cuestión estratégica: esperar a que las variables se estabilicen y que la inflación se alinee con la suba del dólar o incluso baje, podría ser beneficioso. No obstante, la demanda de créditos puede aumentar el precio de las propiedades, afectando nuevamente el cálculo de la deuda en dólares.
El economista del CEMA, Alejandro Kowalczuk, comenta: "Si el precio del inmueble sube más del 27%, ganaste. Si no, perdiste; te hubiera convenido esperar para sacar el crédito". Su análisis, basado en las proyecciones del REM, destaca que si la inflación alcanza el 50% y el dólar sube un 18% (suponiendo un tipo de cambio promedio de $1.311), la deuda en dólares aumentaría un 27%.
En resumen, la decisión de tomar un crédito UVA no depende únicamente de los ingresos y los precios de los inmuebles. La evolución del tipo de cambio y la reacción del mercado inmobiliario también juegan un papel crucial en determinar si estos créditos serán una opción rentable.