
El incremento en el precio de los combustibles se debe a una "corrección" autorizada por el Gobierno, tras una devaluación del 2 por ciento del peso argentino, sumada a una actualización del 1 por ciento en el valor de los impuestos. Este ajuste impactará directamente en el bolsillo de los consumidores y tendrá un fuerte efecto simbólico, ya que representa la caída de una barrera psicológica importante para muchos argentinos.
Contexto y proyecciones del sector
A pesar del reciente aumento, expertos del sector petrolero sostienen que el precio de los combustibles todavía está atrasado en comparación con los valores internacionales. Las estimaciones sugieren que se necesitaría un ajuste adicional del 12 por ciento para equiparar los precios locales con los del mercado global.
Además, los impuestos asociados a los combustibles también han quedado rezagados, debido a decisiones del Gobierno de no aplicar incrementos completos. Según cálculos fiscales, para ajustar los tributos al nivel actual, el precio de la nafta debería aumentar 135 pesos por litro y el gasoil 87 pesos por litro. Estos impuestos representan un impacto significativo en la recaudación, acumulando 983 mil millones de pesos en lo que va del año.
Conclusión
La reciente subida de precios ha generado preocupación entre los consumidores y los analistas económicos, quienes advierten sobre el impacto inflacionario de estos aumentos. Mientras tanto, el Gobierno enfrenta la presión de equilibrar la necesidad de recaudar ingresos con las preocupaciones sobre el poder adquisitivo de los argentinos y la estabilidad económica en general.