
El 9 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Agricultura, una fecha que destaca la importancia de esta actividad, fundamental para el desarrollo humano desde tiempos ancestrales. En Argentina, el agro es una de las principales fuentes de riqueza, especialmente a través de la producción de soja, maíz y trigo, productos clave en la economía del país.
A nivel global, este día busca resaltar el esfuerzo de quienes trabajan la tierra, asegurando el abastecimiento de alimentos para la creciente demanda mundial, y promoviendo prácticas sostenibles que preserven el ambiente. En Argentina, la figura del productor agropecuario es esencial, y muchas familias dedicadas a esta actividad combinan tradición con innovación para asegurar la continuidad de sus emprendimientos.
En el corazón de la zona núcleo de Santa Fe, por ejemplo, Bibiana Soumoulou representa a la quinta generación de una familia de productores agropecuarios. Dedicada al cultivo de trigo, soja, sorgo y maíz, así como a la cría de ganado, Bibiana ha centrado su labor en la producción sustentable, aplicando prácticas como la gestión responsable de los envases de fitosanitarios. Su enfoque busca preservar la tierra para futuras generaciones, un valor transmitido por sus antepasados.
De manera similar, Nicolás Villa, ingeniero agrónomo de la localidad de Arizona, en San Luis, trabaja en un campo mixto donde combina actividades agrícolas y ganaderas. En una zona semiárida, Villa y su familia han adaptado sus prácticas a las condiciones climáticas, utilizando tecnologías modernas para mejorar los rendimientos sin comprometer el medio ambiente.
En Tucumán, Francisco Estrada, cofundador de la empresa King Berry, se dedica a la producción y exportación de arándanos, frutillas y maracuyá. Con más de 20 años de experiencia en el sector, Estrada asegura que la certificación de procesos sustentables es clave para acceder a los mercados internacionales. Su enfoque en la sostenibilidad no solo le permite cumplir con estrictos estándares de exportación, sino que también garantiza que su empresa pueda seguir operando de manera responsable en el futuro.
Estas historias ejemplifican el compromiso del agro argentino con la sustentabilidad, un desafío que sigue siendo central en la agenda global y que impulsa a los productores a adoptar prácticas que respeten el ambiente y aseguren la continuidad de sus actividades para las generaciones venideras.