
Hollywood está en el centro de una tormenta tras la reciente detención de Sean “Diddy” Combs, acusado de delitos graves como tráfico de menores y abuso sexual. El reconocido productor musical fue arrestado luego de una investigación que reveló detalles escabrosos sobre las exclusivas fiestas que organizaba en sus mansiones, donde se habrían llevado a cabo los crímenes.
La policía encontró pruebas irrefutables en su casa de Miami, entre ellas, cientos de videos que documentan abusos sexuales, drogas, armas y grandes cantidades de lubricantes. Las grabaciones muestran cómo las víctimas, muchas veces bajo los efectos de estupefacientes, eran obligadas a participar en actos sexuales durante las celebraciones conocidas como Freak Offs, eventos donde hombres y mujeres eran explotados de forma sistemática.
Entre los asistentes habituales de estas fiestas figuran nombres destacados de Hollywood, como Leonardo DiCaprio, Jennifer Lopez y Ashton Kutcher. DiCaprio, en particular, ha sido mencionado en múltiples ocasiones como uno de los principales invitados a las llamadas White Parties, eventos anuales que Diddy organizaba bajo un código de vestimenta blanco. En una entrevista reciente, el propio Diddy confirmó la participación del actor, lo que ha generado controversia y especulaciones en las redes sociales.
Los detalles de las fiestas son alarmantes. Según informantes cercanos al caso, en las celebraciones oficiales participaban muchas celebridades, pero había una segunda fiesta, más secreta, donde ocurrían los abusos. Los videos encontrados en los allanamientos muestran a las víctimas bajo los efectos de drogas como ketamina, siendo sometidas a prácticas abusivas que, según los fiscales, duraban días. Las víctimas eran mantenidas en estado de sumisión con medicación intravenosa.
El caso ha sido comparado con el de Jeffrey Epstein, quien también utilizó su poder y conexiones para cometer delitos sexuales. Al igual que Epstein, Diddy es acusado de utilizar su posición en la industria para atraer a sus fiestas a personas vulnerables, abusar de ellas y luego chantajearlas con la difusión de videos comprometedores.
A medida que se conocen más detalles, muchas celebridades que alguna vez asistieron a las fiestas de Diddy están en alerta, temiendo la posible difusión de los videos prohibidos. Mientras tanto, el productor enfrenta una lista de cargos que incluyen tráfico sexual, trabajo forzado, secuestro y obstrucción de la justicia. Las penas que enfrenta van desde los 15 años de prisión hasta cadena perpetua, dependiendo del desarrollo del juicio.
Este escándalo ha destapado una parte oculta de la industria del entretenimiento, y a medida que la investigación avanza, Hollywood observa con temor las posibles implicaciones para algunos de sus miembros más prominentes.