Entre los asistentes, destacaron la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quienes compartieron el acto en medio de tensiones internas dentro del peronismo, a pocas semanas de las elecciones partidarias.
El evento estuvo encabezado por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo. Conmemoraron el largo camino de lucha de la organización por la recuperación de los nietos apropiados durante la dictadura militar y la defensa de los derechos humanos en Argentina. "Todavía hay 300 hombres y mujeres que debemos seguir buscando", señalaron, reafirmando su compromiso en la búsqueda de justicia y verdad.
Aunque el homenaje estuvo marcado por el recuerdo y la memoria, también fue escenario de un sutil juego político. CFK y Kicillof compartieron primera fila, separados solo por Estela de Carlotto, en un gesto que no pasó desapercibido. El kirchnerismo ha presionado al gobernador para que respalde abiertamente la candidatura presidencial de Fernández de Kirchner, algo que Kicillof ha evitado hasta el momento, sosteniendo su postura de neutralidad.
Entre los presentes, se destacaron figuras como Julio Alak, Andrés Larroque, Cecilia Moreau, Wado de Pedro y Verónica Magario, quienes enfatizaron la importancia de la unión en tiempos adversos. "Tal vez parece que pedimos mucho, pero cuando estamos juntos, nada es imposible, como nos demostraron las Abuelas", remarcaron.
El acto incluyó una intervención artística a cargo de Santiago Motorizado, líder de la banda El Mató Un Policía Motorizado, quien acompañó con música el sentido homenaje.
Las Abuelas también aludieron a los desafíos actuales que enfrenta la organización, incluyendo el desfinanciamiento y los ataques recibidos en los últimos años. "No vamos a dar ni un paso atrás", fue el contundente mensaje de cierre, reafirmando su determinación de seguir luchando por la memoria, la verdad y la justicia.
El evento no solo celebró el legado de las Abuelas de Plaza de Mayo, sino que también fue un recordatorio de la importancia de los derechos humanos en la Argentina contemporánea, en un contexto político lleno de tensiones y desafíos.