La neumonía, una infección respiratoria que compromete los pulmones, es responsable de significativas tasas de mortalidad a nivel global. Esta enfermedad, que provoca la acumulación de secreciones en los alvéolos pulmonares, dificulta la respiración y reduce la oxigenación de la sangre. En el Día Mundial de la Neumonía, celebrado el 12 de noviembre, expertos y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacan la importancia de la prevención y el tratamiento temprano, especialmente en los grupos de riesgo: niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Los síntomas comunes de la neumonía incluyen fiebre, dolor en el pecho, tos con secreción y dificultad para respirar. Sin embargo, el diagnóstico temprano puede ser complicado, ya que los síntomas se confunden con los de otras enfermedades respiratorias, lo que lleva a que muchos pacientes reciban atención médica avanzada solo en etapas críticas.
Entre los factores de riesgo, la OMS indica que la neumonía es la principal causa de muerte por enfermedades infecciosas en menores de cinco años, con cerca de 740,000 fallecimientos infantiles registrados en 2019. A su vez, los adultos mayores de 65 años y las personas con sistemas inmunológicos debilitados enfrentan un riesgo elevado de complicaciones graves.
La neumonía puede ser provocada por virus, bacterias, hongos y parásitos. La transmisión es principalmente aérea, a través de gotas expulsadas al toser o estornudar, lo que facilita el contagio en espacios cerrados y durante los meses de frío. De acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), virus como el de la influenza y bacterias como el Streptococcus pneumoniae son responsables de la mayoría de los casos en todo el mundo.
La vacunación es uno de los métodos más eficaces para prevenir la neumonía, especialmente en los sectores de mayor riesgo. En Argentina, el calendario de vacunación incluye inmunizaciones gratuitas contra la influenza, el neumococo y el COVID-19, orientadas tanto a niños como a adultos mayores. Además, se aconsejan medidas de higiene como cubrirse la boca y nariz al toser, ventilar los espacios cerrados y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones y mejorar la recuperación. Desde la comunidad médica se subraya la importancia de una evaluación médica oportuna, especialmente ante síntomas persistentes que puedan comprometer la salud respiratoria.