
Una vez más, las quejas sobre la atención deficiente en la clínica Cruz Azul resurgen con una nueva denuncia. Esta vez, el conocido artista plástico Hernán Ricaldoni vivió en carne propia la mala praxis de la institución. Según relató, tras un accidente en el que su hija se cortó la mano, acudió de urgencia a la clínica esperando una atención inmediata.
Sin embargo, su angustia creció cuando la recepcionista, antes de cualquier acción médica, le pidió que completara una serie de trámites administrativos. A pesar de haber informado que contaba con obra social y los recursos necesarios para pagar, Ricaldoni insistió en que su prioridad era que atendieran rápidamente a su hija, pero la recepcionista continuó enfocada en la burocracia.
Desesperado por la lentitud en el servicio, Hernán decidió trasladar a su hija al hospital municipal. Allí, según su testimonio, la joven fue atendida de manera eficiente, con calidez y contención por parte del personal médico.
Este incidente resalta una vez más el deterioro en la atención de la salud privada, un problema que, lamentablemente, se ha venido acentuando en los últimos años. Las quejas sobre la clínica Cruz Azul no son nuevas y en esta ocasión, le tocó a Ricaldoni experimentar lo que muchos otros usuarios han señalado: la falta de sensibilidad, de rapidez y la burocracia innecesaria en situaciones de emergencia.
El hospital municipal, por otro lado, destacó en el trato tanto a la paciente como a la familia, ofreciendo un nivel de atención que según el denunciante, debería ser el estándar en todos los centros de salud.