
Un hallazgo alarmante en el estado de Jalisco ha puesto nuevamente en evidencia la crisis de desapariciones en México. En una finca de Teuchitlán, a unos 60 kilómetros de Guadalajara, un grupo de búsqueda encontró restos humanos calcinados, cientos de zapatos y cartas de despedida, lo que sugiere que el lugar habría sido utilizado como un sitio de reclutamiento forzado por grupos criminales.
El descubrimiento fue realizado por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes en sus excavaciones identificaron huesos quemados y diversos objetos personales. El terreno, conocido como Rancho Izaguirre, ya había sido inspeccionado en septiembre tras enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y el Cártel Jalisco Nueva Generación, aunque en ese momento no se reportaron hallazgos de tal magnitud.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU expresó su preocupación por el caso, destacando que este tipo de hallazgos refuerzan la necesidad de investigaciones más exhaustivas y transparentes.
Las evidencias encontradas en el lugar incluyen ropa, maletas, productos de higiene y hasta libretas con anotaciones relacionadas con actividades ilícitas. También se hallaron cartuchos percutidos y un altar, lo que sugiere que la finca pudo haber sido utilizada como un centro de adiestramiento para grupos armados.
Jalisco es uno de los estados más afectados por la crisis de desapariciones en México, con casi 15.000 personas registradas como no localizadas. Diversos colectivos han denunciado la existencia de más sitios clandestinos donde presuntamente se ocultan evidencias de crímenes vinculados al narcotráfico.
Las autoridades han asegurado que continuarán con las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar la magnitud del sitio descubierto en Teuchitlán. Mientras tanto, familiares de personas desaparecidas siguen exigiendo respuestas y justicia en un país donde la violencia y la impunidad siguen siendo desafíos urgentes.