
En apenas cinco horas, las precipitaciones alcanzaron los 60 milímetros, provocando anegamientos, evacuaciones y cortes preventivos, exponiendo nuevamente la vulnerabilidad de la ciudad ante estos fenómenos.
La Dirección de Defensa Civil recibió 60 llamados de vecinos alertando sobre distintos inconvenientes y asistió a 18 personas de cuatro grupos familiares que fueron evacuadas preventivamente y trasladadas a instalaciones del Ejército. Aunque en estos casos no hubo ingresos de agua en los hogares, sí se reportaron viviendas y comercios afectados en otras zonas debido al rápido anegamiento de calles.
La situación se agrava por el estado de la ciudad, que aún no logra recuperarse del desastre del 7 de marzo. Calles repletas de residuos y escombros dificultan el escurrimiento del agua, mientras que desagües colapsados o en reparación agravan el problema.
Como medida de precaución, el Municipio decidió cortar nuevamente el tránsito en los puentes portátiles instalados sobre el canal Maldonado, en las calles Malvinas y Santa Cruz. Estos puentes de emergencia fueron colocados tras el colapso de más de diez estructuras durante el temporal anterior, cuando la fuerza del agua destruyó la infraestructura original.
Vecinos de distintos barrios compartieron imágenes del canal Maldonado desbordado una vez más, reflejando el colapso del sistema hidráulico de la ciudad. Mientras tanto, el intendente Federico Susbielles y su equipo monitorearon la tormenta desde el Centro de Monitoreo. Desde la Municipalidad informaron que “el sistema de desagües se encuentra drenando las precipitaciones, aunque en algunos sectores con mayor lentitud”.
El pronóstico mantenía hasta la madrugada una alerta amarilla con posibilidad de lluvias leves, sin acumulados significativos, según la Dirección de Información Meteorológica y Ambiental Estratégica (DIMAE), dependiente del Ministerio de Seguridad provincial.
Bahía Blanca sigue en estado de emergencia. A pesar de las obras en curso para reparar puentes, recuperar el Hospital Penna y llevar adelante un plan hidráulico provincial con una inversión de 192 mil millones de pesos, la ciudad vuelve a quedar expuesta ante cada tormenta.
El recuerdo del 7 de marzo aún pesa en la comunidad. Aquella noche, el temporal dejó viviendas destruidas, calles intransitables y daños irreparables en edificios públicos y comercios. Hoy, la infraestructura sigue siendo frágil, y cada nueva lluvia revive el temor de que la tragedia vuelva a repetirse. En Bahía Blanca, cada tormenta no solo inunda las calles, sino que reabre heridas que aún no han sanado.