
Apenas minutos después, se desató otro incendio en una casa cercana, lo que obligó a redoblar los esfuerzos de los equipos de emergencia.
El primer siniestro sorprendió a los vecinos del barrio con una fuerte explosión. Según relataron testigos a Diario Necochea, las llamas superaban la altura del techo y el joven dueño de casa salió corriendo envuelto en fuego. Fueron sus propios vecinos quienes, con valentía, intentaron asistirlo hasta la llegada de los bomberos. El SAME lo trasladó de urgencia al hospital, donde permanece internado en terapia intensiva.
Las pérdidas materiales en la vivienda fueron totales. Además del rápido accionar de los bomberos y Defensa Civil, muchos vecinos colaboraron activamente sosteniendo mangueras y ayudando a controlar el fuego. Incluso, algunos focos secundarios se propagaron por la calle tras la explosión, llegando casi hasta la esquina y dejando en evidencia la violencia de las llamas.
Cuando todavía se trabajaba en ese primer punto, un nuevo llamado de emergencia alertó sobre un segundo incendio en una vivienda ubicada en calle 44 entre 91 y 93, a tan solo siete cuadras. La rápida intervención de bomberos, policía, Defensa Civil y personal de Tránsito permitió contener las llamas antes de que se expandieran. Según trascendió, el foco se habría iniciado por una chispa de una estufa hogar.
Aunque este segundo episodio no dejó heridos, los daños materiales fueron considerables. Algunos vecinos y habitantes subieron al techo para ayudar a controlar el fuego, sumándose al trabajo de los bomberos.
Dos incendios en menos de una hora, un joven con quemaduras graves y la solidaridad de un barrio que reaccionó con coraje: Necochea vivió una noche intensa, de esas que nadie quiere repetir.