
El cónclave del que saldrá el sucesor de Francisco, fallecido el lunes a los 88 años, será el más concurrido y universal de la historia. Un total de 135 cardenales, menores de 80 años y con derecho a voto, elegirá al nuevo jefe de la Iglesia católica.
Si bien cada uno de ellos -incluso los cuatro argentinos que forman parte del cuerpo cardenalicio- están en condiciones de ser elegidos, solo un puñado de purpurados es considerado “papable”. Según expertos vaticanistas, se vislumbra una dura interna dentro de la Capilla Sixtina entre el ala reformista, que promueve una continuidad del legado de Jorge Bergoglio, y el sector conservador, el robusto cuerpo opositor al pontificado de Francisco que impulsa un drástico cambio de timón en el Vaticano.
Los bandos están bien definidos. Por el grupo reformista los favoritos son el arzobispo de Bolonia y titular de la Conferencia Episcopal italiana Matteo Zuppi; el filipino Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el ghanés Peter Kodwo Appiah Turkson, actual canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. En este último caso, hay una creciente expectativa porque, de ser elegido, se convertiría en el primer “papa africano”, un hito revolucionario en la historia de la Iglesia.
El cardenal ghanés Peter Turkson (Foto: Reuters//Guglielmo Mangiapane)
En frente, se encoluman los conservadores liderados por el estadounidense Raymond Leo Burke, del ala más radical y uno de los grandes “enemigos” de Francisco, secundados por el neerlandés Willem Eijk, arzobispo de Utrecht y el húngaro Peter Erdo, titular de la Conferencia Episcopal Húngara y del Concilio de Conferencias Episcopales de Europa. También hay otros “papables” tradicionalistas de origen africano.
La Iglesia que dejó Francisco no es la misma que la que recibió cuando asumió su pontificado en 2013. Hoy el cuerpo cardenalicio representa a todos los continentes. Europa, si bien sigue teniendo un enorme peso, ya no monopoliza el debate.
En sus doce años de pontificado, Bergoglio nombró a 110 de los 135 cardenales con derecho a voto. Hay otros 117 purpurados mayores de 80 años que no sufragan por haber traspasado esa línea etaria. Hoy hay cardenales de países pequeños y lejanos como Timor Oriental, Mongolia, Lesoto o Tonga.
Los cardenales son los encargados de designar a los papas (Foto de archivo: EFE)
Hay veintitrés latinoamericanos, entre ellos cuatro argentinos: Víctor “Tucho” Fernández, Vicente Bokalic Iglic, Ángel Sixto Rossi y Mario Poli. Pero a priori ninguno de ellos es considerado “papable”. Que la Iglesia católica tenga dos papas argentinos consecutivos sería un milagro más difícil de materializarse que el que llevó a Jorge Bergoglio al trono de Pedro.
El grupo latinoamericano tendrá también su peso, con una fuerte presencia brasileña con siete cardenales, aunque en total conforma menos de la mitad del bloque europeo (veintitrés contra cincuenta y cinco, de ellos dieciocho italianos, que durante siglos dominaron los sucesivos cónclaves). Asia cuenta hoy con veinticinco purpurados y África también con dieciocho. El resto proviene de Norteamérica y Oceanía.
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Pero esta universalidad no garantiza homogeneidad.
Francisco no se preocupó (ni se ocupó) por elegir cardenales afines a su pensamiento reformista. Pero hizo lío. Su objetivo fue dar cabida a todos, incorporando a la periferia al núcleo central e histórico. De hecho, muchas de las iglesias africanas con representación en el cónclave son tradicionalmente conservadoras. Por eso el voto es hoy una incógnita. Dependerá de cuán “trabada” esté la elección, de los acuerdos bajo la mesa o de eventuales renunciamientos (como el del propio Bergoglio en el cónclave que eligió a Benedicto XVI) para encausarla. Pero también del surgimiento de una figura moderada (un sector clave) que actúe de puente entre ambos bandos, como la del actual “canciller” vaticano, Pietro Parolín, considerado un negociador sobrio y prudente por su vasta experiencia diplomática. Al secretario de Estado, de hecho, se lo menciona como uno de los posibles candidatos en caso de que se “trabe” la votación y surja una figura de consenso.
Son muchas las figuras papables. Incluso nadie se anima a descartar un “tapado”. Pero hay un grupo de seis cardenales que se llevan todas las miradas por su peso e influencia en otros purpurados. Tres reformistas y tres conservadores.
ALA REFORMISTA:
El cardenal italiano Matteo Zuppi (Foto: Reuters/Gugliemo Mangiapane)
El cardenal filipino Luis Antonio Tagle (Foto:(AP/Andrew Medichini, Archivo)
El cardenal ghanés Peter Turkson (Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane)
Otros “papables” progresistas son el francés Jean-Marc Aveline, de 66 años y arzobispo de Marsella; Jean Claude Hollerich, de la misma edad y arzobispo de Luxemburgo; el cardenal italiano Pierbattista Pizzaballa, de 59 años, Patriarca Latino de Jerusalén, y el estadounidense Robert Prevost, Prefecto del Dicasterio para los Obispos y arzobispo emérito de Chiclayo, Perú, entre otros.
ALA CONSERVADORA
Francisco y el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke (Foto: vía Reuters)
El cardenal neerlandés Willem Eijk (Foto: cortesía Infocatólica).
ARCHIVO - El cardenal húngaro Peter Erdo (AP Foto/Denes Erdos, Archivo)
Otros “papables” conservadores son el estadounidense Timothy Dolan, de 75 años, arzobispo de Nueva York; el brasileño Odilio Pedro Scherer, de 76 años, arzobispo de San Pablo, y dos africanos: el guineano Robert Sarah, de 79 años, prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y el congoleño Fridolin Ambongo, arzobispo metropolitano de Kinshasa.
Si bien no hay una fecha definida para el cónclave, se espera que su comienzo demore al menos dos semanas, posiblemente después del 5 de mayo.
Fuente: TN