
El proyecto, impulsado por Kicillof en medio de un paquete más amplio que incluye endeudamiento, emergencias extendidas hasta 2026 y un fondo para municipios, generó una ola de críticas, incluso dentro del oficialismo. El diputado massista Rubén Eslaiman fue tajante: “No nos van a llevar a patadas en el culo con proyectos que se les ocurren a ellos cuando están al pedo”. Y agregó sin filtros: “Me tiene las pelotas por el suelo. Todo tiene un límite. Me pudrió”.
El enojo radica en que la Legislatura se preparaba para aprobar la condonación definitiva ,no solo una prórroga, y ya contaba con los votos. Pero el proyecto enviado desde el Ejecutivo “a último momento” cambió el escenario y generó incertidumbre sobre el futuro de los fondos y sobre el accionar del Tribunal de Cuentas ante la falta de pago, cuya próxima cuota vence el 15 de mayo.
Además, Eslaiman rechazó de plano que el fondo de fortalecimiento municipal represente apenas el 8% del endeudamiento, y reclamó que se eleve al 20%, con entrega inmediata de fondos y no “una vez contraída la deuda”.
Mientras tanto, los intendentes ,sin distinción de partido, miran con preocupación cómo sus presupuestos se desangran. La novela de la deuda municipal, lejos de cerrarse, acaba de sumar un nuevo capítulo.