
por Benjamín Vázquez
En los últimos días, dos operativos articulados entre la Municipalidad y las fuerzas de seguridad marcaron un antes y un después. Por un lado, el secuestro de una moto con pedido de captura por hurto en un taller céntrico dejó en evidencia que no se trata solo de conductores imprudentes, sino también de redes que encubren y manipulan vehículos con procedencia ilícita. Por el otro, una serie de allanamientos simultáneos permitió desarticular una red de carreras ilegales, con personas detenidas y motovehículos secuestrados, varios de ellos con pedidos judiciales desde Mar del Plata y el Gran Buenos Aires.
Estos resultados no son fruto del azar. Responden a un enfoque estratégico y sostenido, impulsado desde la gestión del intendente Arturo Rojas. La articulación entre el área de Prevención y Monitoreo, el Centro de Operaciones Municipal (COM) y las fuerzas policiales demuestra que, cuando hay decisión política y coordinación, el Estado puede recuperar el control del espacio público.
La problemática de las motos en Necochea no es nueva. Durante años, vecinos convivieron con escapes libres, ruidos ensordecedores a cualquier hora, maniobras temerarias y una cultura de la impunidad en las calles. Pero esta vez, el Municipio decidió no mirar para otro lado. A los controles en la vía pública se suman estrategias más profundas: investigación criminal, análisis de cámaras de seguridad, allanamientos judiciales, clausuras a talleres irregulares, y hasta programas de concientización en escuelas.
Lo que está en juego es más que el orden vehicular. Se trata de prevenir delitos, proteger vidas y devolverle a la ciudad un entorno seguro y habitable. Los operativos que hoy vemos en acción no solo secuestran motos ilegales, sino que comienzan a desarticular toda una lógica delictiva que gira en torno a ellas.
El camino no es fácil ni se resolverá de un día para otro y si bien la seguridad no es facultad del municipio, si de la provincia, lo importante ya sucedió: el Municipio tomó una postura clara, decidió intervenir y lo está haciendo con firmeza y resultados. Esa es la diferencia entre una gestión que improvisa y otra que se compromete. Necochea lo está viendo. Y lo está empezando a sentir.