
El hecho dejó a Uribe con tres impactos de bala, dos en la cabeza y uno en la pierna, lo que obligó a una intervención quirúrgica de urgencia.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, confirmó este domingo que el dirigente “superó la primera intervención” y se encuentra en “horas críticas” de recuperación. La clínica Fundación Santa Fe detalló que fue sometido a procedimientos neuroquirúrgicos y vasculares periféricos. Su esposa, María Claudia Tarazona, expresó: “Miguel salió de la cirugía, lo logró. Ahora un gran esfuerzo en su recuperación”.
Las imágenes del atentado rápidamente se viralizaron en redes sociales. En los videos se lo ve hablando ante un grupo de personas hasta que suenan los disparos y se desata la confusión. Instantes después, aparece herido sobre un vehículo, sostenido por sus asistentes. Testigos aseguran que el ataque fue directo: “Llegó una moto, el acompañante bajó y le disparó a quemarropa. Uno en la cabeza, otro en el pecho”, relató un vecino.
El atacante fue reducido por el equipo de seguridad del senador y quedó herido en una pierna. Otras dos personas también sufrieron lesiones. Hasta el momento, se desconoce la motivación del ataque.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, es una figura prominente de la nueva generación política colombiana. Nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala e hijo de la periodista Diana Turbay —secuestrada y asesinada por el narcotráfico en los años 90—, Uribe ha hecho carrera como concejal, secretario de Gobierno de Bogotá y actualmente senador. En 2023 anunció su intención de competir por la presidencia en 2026, convirtiéndose en una de las voces más críticas del actual mandatario Gustavo Petro.
Desde la oposición y el exterior hubo fuertes reacciones. El expresidente argentino Mauricio Macri se manifestó en X: “Muy impactado por el atentado criminal contra Miguel Uribe, que amenaza a la democracia colombiana. Esperamos que el presidente Petro garantice la identificación de los autores intelectuales del ataque”.
El Centro Democrático exigió una investigación profunda y rápida. En tanto, crecen las críticas a la gestión de seguridad del gobierno nacional y la preocupación por la escalada de violencia política en el país.
Mientras tanto, Colombia aguarda por la evolución del senador Uribe Turbay, cuya vida sigue pendiendo de un hilo y cuyo futuro político —y personal— está marcado desde ahora por la violencia.