
por Horacio Castelli
La decisión impulsada por La Libertad Avanza de Necochea, a través de PAMI central, de traspasar las cápitas del Hospital Municipal Dr. Emilio Ferreyra a la Clínica Cruz Azul es sumamente preocupante y podría tener consecuencias trágicas para los afiliados de PAMI en Necochea y Quequén.
Actualmente, la Clínica Cruz Azul, un efector privado, maneja cerca de 4.000 cápitas y ya presenta dificultades para atender satisfactoriamente a sus pacientes. Con la inminente transferencia de 10.000 cápitas adicionales, la situación se vuelve insostenible.
Es evidente que este centro no cuenta con la infraestructura necesaria —como camas de internación— ni con el personal médico suficiente para atender a semejante cantidad de adultos mayores. Resulta aún más ilógico que esta medida se tome justo cuando el Hospital Ferreyra acaba de instalar un tomógrafo de última generación, una herramienta clave y muy utilizada por las personas mayores.
Desfinanciar el sistema público en este contexto, como lo hace esta decisión gestionada por el concejal Mariano Valiante de La Libertad Avanza, no solo debilita un recurso vital para la comunidad, sino que además expone a miles de afiliados de PAMI a un riesgo sanitario directo.
La forma en que se ejecutó esta medida —de manera inconsulta y notificada mediante una carta documento al Ejecutivo con fecha de traspaso para el 1 de agosto— demuestra que quienes la impulsaron eran plenamente conscientes del impacto negativo que provocaría en la atención sanitaria del distrito.
Ahora, los responsables de esta decisión desastrosa y peligrosa parecen querer esconderse, evitando dar explicaciones públicamente y refugiándose en declaraciones a medios propios o de baja difusión.
Si esta medida no se revierte de inmediato, nuestros adultos mayores se encontrarán en una situación de peligro inminente. Y no se trata de una exageración: la salud de miles de necochenses y quequenenses está en juego.