
El perjuicio al hospital municipal de Necochea podría superar los 180 millones de pesos. La sospecha de que estos fondos financian la campaña libertaria crece con fuerza.
El escándalo por la quita de cápitas de PAMI al hospital municipal “Dr. Emilio Ferreyra” no para de crecer. Esta vez, fue el propio director de la clínica privada beneficiada, el Dr. Hernández Rubio, quien encendió la polémica al reconocer públicamente que la reasignación de esas 10 mil cápitas no respondió a motivos sanitarios, sino a “una decisión política”.
Esa afirmación, más que una explicación, es una confesión. Porque, si no hubo un argumento médico, técnico o institucional para modificar el destino de esas cápitas —que implican un negocio estimado en 180 millones de pesos anuales— entonces queda a la vista que el sistema público de salud fue perjudicado deliberadamente.
Más grave aún es lo que se comenta en los pasillos: parte de esos fondos podrían estar siendo utilizados para financiar la campaña del precandidato libertario Juan Cerezuela, bajo la conducción de su operador político y concejal, Mariano Valeante. Es decir, la salud de los jubilados y jubiladas estaría siendo utilizada como caja política.
Que el director de la clínica privada haya declarado sin tapujos que se trató de una decisión política deja al desnudo la maniobra. A confesión de parte, relevo de prueba: lo que muchos denunciaban ahora queda confirmado por uno de los propios beneficiarios.
Mientras en el hospital municipal se atiende y se sostiene con gran esfuerzo, un privado recibe una millonaria inyección de dinero con el aval del gobierno nacional. Todo esto, en medio de una campaña electoral cada vez más opaca y cuestionada.
Si tiene dos patas, cola y ladra, es un perro. Si hay millones en juego, un privado beneficiado y un candidato libertario que se presenta como el “anticasta”, es un negocio. Y de los más sucios.