
Mientras distritos como Pinamar ,gobernado por el PRO, tuvieron que fraccionar los sueldos de sus trabajadores municipales o el municipio de Saavedra directamente aplicó una baja del 13% a los salarios por falta de fondos, Necochea logra sostener la estabilidad administrativa y financiera a pesar de la fuerte caída de la coparticipación y el recorte de programas nacionales. Lo mismo ocurre en muchas ciudades del interior cordobés, donde intendentes de diferentes espacios denuncian que los vecinos votaron masivamente a Javier Milei, que en Necochea superó el 60% de los votos mientras su candidato local alcanzó solo el 15%, pero ahora reclaman servicios públicos gratuitos, programas sociales y obras que la Nación recortó o nunca transfirió.
"Votaron a Milei, pero nos piden que gobernemos como el kirchnerismo", resumió días atrás Gustavo Benedetti, intendente radical de Arroyito, Córdoba, que enfrenta una paradoja similar: sin recursos nacionales y con clínicas privadas despidiendo personal, la presión sobre la salud pública municipal se multiplica.
En Necochea, en cambio, la administración municipal mantiene el equilibrio, ajustando gastos, optimizando recursos propios y priorizando los salarios y la salud. En comparación con distritos como San Marcos Sud, que debió suspender obras de mantenimiento de calles con el cartel de “No hay plata”, o Río Tercero, que vive una crisis social por despidos masivos en una petroquímica, Necochea logra seguir adelante con sus servicios y proyectos.
“Sabemos que faltan cosas por resolver y que hay demandas lógicas de los vecinos, pero también es justo destacar que mientras otros municipios piden adelantos de coparticipación, descubiertos bancarios o aplican recortes de salarios, Necochea se sostiene con las cuentas en orden y continúa mejorando áreas clave como la salud pública”, señalaron desde el entorno del jefe comunal.
En tiempos de ajuste y crisis, este equilibrio no es menor: la gestión local absorbe parte del impacto de la paralización de la obra pública nacional y la caída de la actividad económica, que redujo drásticamente la coparticipación, y aun así mantiene de pie servicios básicos que son la primera contención para miles de vecinos.
El desafío es enorme: una ciudadanía que apoyó mayoritariamente un modelo de ajuste exige respuestas a los intendentes, aunque los recursos se achiquen cada mes. En ese marco, Necochea se posiciona como un ejemplo de administración responsable, que prioriza la salud y el empleo municipal, demostrando que, aun con menos plata, se pueden sostener derechos fundamentales.