
Según la politóloga y coordinadora del CentroRA, Mara Pegoraro, el incremento del uso del crédito para la compra de comida “pone una alarma sobre que los salarios no están llegando a fin de mes”. La especialista advirtió que no se trata de un fenómeno vinculado únicamente a promociones, sino a la imposibilidad de cubrir los gastos cotidianos con efectivo o débito.
En los últimos meses, el uso de tarjetas de crédito en supermercados pasó del 39% al 46%, mientras que los pagos en efectivo cayeron del 20% al 16% y con débito del 34% al 27%.
El informe también señala que, pese a ciertos indicios de recuperación económica en el segundo trimestre de 2025, la demanda de bienes esenciales sigue débil. En mayo, las ventas en mayoristas se redujeron un 5% interanual y en supermercados minoristas, aunque crecieron 6,1% frente al año pasado, cayeron 1,2% respecto de abril.
El Índice de Percepción del Ánimo Social (IPAS) muestra que dos tercios de los habitantes del AMBA están insatisfechos con la situación económica y la mitad cree que el futuro será peor que el presente.
El panorama confirma que el consumo masivo continúa en una situación frágil: salarios que no alcanzan, ventas por debajo de los niveles previos y una creciente dependencia del crédito para algo tan básico como llenar el changuito.