
La denuncia llegó rápidamente al ámbito político. El intendente Guillermo Montenegro presentó una acción penal solicitando una inspección ocular y una pericia técnica para determinar la situación de los animales. “En Mar del Plata no hay lugar para el maltrato animal”, aseguró el jefe comunal. Y agregó: “Si las pruebas lo confirman, pediremos una cautelar de cuidado integral”.
En el escrito judicial Montenegro advirtió: “Ante las imágenes difundidas en redes sociales en el día de la fecha que dan cuenta del estado del predio donde hasta hace pocos días funcionó el Aquarium Mar del Plata, existiría una situación de maltrato punible cometida contra delfines que se encuentran en el predio de referencia”.
Desde la empresa que administraba el oceanario explicaron que se está cumpliendo con el cronograma de traslado de la fauna. Los cinco delfines —nacidos en cautiverio junto a sus progenitores del Caribe— serían enviados a un oceanario de esa región, mientras que pingüinos, lobos marinos, tiburones, peces, chuchos, lémures y aves también aguardan su reubicación.
El Aquarium, que abrió en 1993 y llegó a recibir más de 200.000 visitantes al año, había sido adquirido en 2006 por el grupo internacional Parques Reunidos. Hoy, sus instalaciones vacías y el estado de los animales reavivan un debate que pone en el centro la responsabilidad sobre el cuidado de la fauna en cautiverio.