
El hecho más insólito fue el escape de José Luis Espert: el diputado libertario terminó abandonando el lugar en la moto de un militante, tras el descontrol que desató la violencia. “En un momento cayeron piedras muy cerca del Presidente, de la presidenta del partido y muy cerca mío… Se puso muy violento y, por una cuestión de seguridad, decidimos terminar el evento”, relató Espert, aún shockeado por lo ocurrido.
Milei y su hermana fueron evacuados en otra camioneta, pero el clima de tensión no se disipó. Desde Olivos, el Presidente publicó en redes sociales: “Los kukas tira piedras carentes de ideas recurrieron otra vez a la violencia. El 7/9 y el 26/10 digamos en las urnas kirchnerismo Nunca Más”.
La reacción oficial no se hizo esperar. Patricia Bullrich acusó al kirchnerismo de “organizar un ataque al Presidente”, mientras que el vocero Manuel Adorni habló de “cavernícolas del pasado” que recurren a la violencia. Martín Menem, por su parte, aseguró que “están desesperados”.
Espert también responsabilizó directamente al intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin, y denunció: “La violencia del kirchnerismo en plena campaña es llamativa. Ya hubo jóvenes internados en Junín y ahora esto. Ante la incapacidad de discutir ideas, recurren a las difamaciones y a las operaciones. No nos van a amedrentar”.
El episodio expone la fragilidad de la seguridad presidencial y el clima de hostilidad que atraviesa la campaña. Lo que debía ser un acto de respaldo popular terminó con el Presidente escondido en una camioneta blindada y uno de sus principales aliados huyendo en moto, en una postal que difícilmente olvidará el oficialismo.