
El anuncio llega apenas días después de que el propio Milei vetara leyes sancionadas por el Congreso que destinaban fondos adicionales a las universidades y al sistema de salud pediátrico, lo que generó fuertes tensiones con la oposición y sus propios aliados.
El mandatario aseguró que el presupuesto prevé $4,8 billones para las universidades nacionales, un aumento del 5% en jubilaciones, 17% en salud y un incremento del 5% para las pensiones por discapacidad, todas cifras “por encima de la inflación”. También destacó un 8% adicional en educación.
El giro, diseñado por su asesor Santiago Caputo, busca desactivar la movida opositora en Diputados que esta semana intentará reunir dos tercios para rechazar sus vetos. Según fuentes parlamentarias, algunos legisladores aliados esperaban el discurso para definir su voto.
A lo largo de su intervención de 15 minutos, Milei reiteró que el equilibrio fiscal es “no negociable” y pronosticó que Argentina tendrá un crecimiento sostenido del 5 al 8% anual si se mantienen sus reformas. Sin embargo, la realidad económica muestra una caída persistente en la industria, con la metalúrgica en niveles de pandemia y 150 mil empleos perdidos en lo que va del año.
La contradicción entre el discurso de disciplina fiscal y las nuevas promesas quedó sin explicación. Además, en la “letra chica” del presupuesto se detectan recortes estructurales: se elimina la meta del 6% del PBI para educación, el financiamiento progresivo de la ciencia y tecnología y el Fondo Nacional para Escuelas Técnicas.
El mensaje concluyó con un Milei optimista: “Lo peor ya pasó”, dijo, proyectando a la Argentina como potencia mundial en los próximos 30 años.