
El rechazo a los vetos presidenciales de Javier Milei sobre las leyes de Financiamiento Universitario y Emergencia en Pediatría dejó al descubierto divisiones profundas y un enfrentamiento directo entre Cristian Ritondo, jefe del bloque, y Silvia Lospennato, una de las voces más visibles del espacio.
La tensión estalló tras una votación que mostró la falta de cohesión en la bancada amarilla: varios diputados desobedecieron la línea partidaria o directamente no se presentaron. Entre ellos, María Eugenia Vidal, Héctor Baldassi y la propia Lospennato, quienes votaron contra los vetos, generando la furia de Ritondo.
El quiebre quedó plasmado en un intercambio público. Alejandro Finocchiaro ironizó en el recinto sobre “coqueteos con el populismo”, lo que provocó la reacción de Lospennato, que se defendió de cualquier vinculación con el kirchnerismo y reivindicó su libertad de voto. Ritondo retrucó: “Si ella puede votar como quiere, Finocchiaro también puede decir lo que piensa”.
Las diferencias no se reducen a un episodio aislado. Según fuentes legislativas, la reunión previa a la sesión fue “un infierno”. Ritondo exigió disciplina para respaldar al Gobierno, pero un sector de diputados, entre ellos Vidal y Lospennato, se negó, argumentando que los vetos de Milei no solucionan de fondo los problemas de gestión.
En los pasillos, la desconfianza se profundizó. Desde el ala más cercana al oficialismo acusan a Lospennato y a otros referentes de tener “una conducta reiterada de desobediencia” que consideran funcional al kirchnerismo. En cambio, los disidentes sostienen que representan a sectores sociales que el Gobierno descuida y que el PRO debe ampliar su perfil hacia posturas más progresistas.
De un lado, Ritondo y los legisladores que buscan consolidar un PRO de centro-derecha alineado con Milei. Del otro, figuras como Vidal, Lospennato y Nacho Torres, que plantean un perfil distinto, con mayor autonomía y apertura política.
Con las elecciones de octubre a la vista, el PRO enfrenta un dilema existencial. “Algunos se irán con Provincias Unidas, otros nos acercaremos más al oficialismo”, reconoció un legislador amarillo.
La pelea entre Ritondo y Lospennato no fue más que la punta del iceberg: el partido que alguna vez gobernó la Argentina ahora atraviesa la mayor crisis interna de su historia reciente, con un quiebre que parece inevitable.