Francos, que había asumido en mayo tras la salida de Nicolás Posse, será reemplazado por el actual vocero presidencial, Manuel Adorni, quien pasará a ocupar uno de los cargos más sensibles del Ejecutivo. De esta manera, Adorni se convertirá en el tercer jefe de Gabinete en menos de dos años de gestión.
En una carta publicada en la red social X, Francos agradeció al Presidente “la oportunidad de servir con lealtad y patriotismo”, y destacó como logros su labor para “reunir a los gobernadores con el Poder Ejecutivo Nacional y construir consensos” en torno a las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno.
La Oficina del Presidente confirmó oficialmente la renuncia y el nombramiento de Adorni, quien será sucedido en la vocería presidencial por el actual subsecretario de Prensa, Javier Lanari. En tanto, trascendió que Francos podría continuar en funciones diplomáticas y su nombre suena para una embajada, posiblemente en Ginebra, Suiza.

Entre los movimientos que prepara Milei también se destaca la posible creación de un “superministerio” para Santiago Caputo, el principal asesor presidencial y uno de los estrategas más influyentes del Gobierno.
Según fuentes oficiales, Caputo podría asumir un nuevo Ministerio del Interior ampliado, con competencias en relaciones con las provincias, obras públicas y coordinación interministerial, consolidando así el poder que hasta ahora ejercía desde las sombras.
En paralelo, el actual ministro del Interior, Lisandro Catalán, hombre de confianza de Francos, también presentó su renuncia.
Los cambios alcanzarán además a otras áreas clave. En el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich dejaría su cargo para asumir en el Congreso, y sería reemplazada por su segunda, Alejandra Monteoliva.
En Justicia, el ministro Mariano Cúneo Libarona sería sucedido por el viceministro Sebastián Amerio, mientras que en Defensa se analiza la designación de un militar de alto rango tras la salida de Luis Petri.
Con estos movimientos, Milei busca reordenar su gabinete y reforzar su control político tras el reciente triunfo electoral, dando más protagonismo a su círculo de mayor confianza y preparando el terreno para la segunda etapa de reformas estructurales que planea enviar al Congreso en las próximas semanas.