Según explicó Mauro Galván, integrante de la comisión interna, las negociaciones permitieron mejorar las condiciones inicialmente planteadas por la empresa: “Logramos reducir el tiempo de suspensión de seis a cuatro meses, cobrar el 78% del salario y que el aguinaldo se pague en dos cuotas. Dentro de lo malo, es lo menos malo”, sostuvo.
Galván expresó su preocupación por el impacto de las políticas económicas y la apertura de importaciones en el sector:
“Este Gobierno está destruyendo la industria textil. La fábrica está diezmada, no hay guita en las calles y no se venden los productos.”
El delegado recordó que en los mejores años la planta llegó a emplear a 1.200 personas, mientras que hoy quedan apenas 240 operarios en funciones.
“Antes veíamos salir camiones todos los días; ahora la producción está parada. Muchos aceptan estas condiciones por miedo a perder definitivamente su trabajo”, agregó.
La empresa, ubicada sobre la Ruta 88, viene atravesando meses de baja demanda y dificultades financieras. Las suspensiones se formalizarán el próximo viernes y regirán hasta fines de marzo, mientras los trabajadores esperan una mejora en el contexto económico que permita reactivar la producción.