“Esto nació de una idea mía. Yo viajo mucho, estuve viviendo bastante tiempo afuera y fui viendo, experimentando cosas. En Buenos Aires vi cómo creció la cafetería de especialidad, gente que la rompe en el mundo del café hace muchos años, y dije: ¿por qué no?”, contó Ramiro, visiblemente entusiasmado por el presente del emprendimiento.
El camino comenzó de manera sencilla, casi íntima, y fue creciendo hasta concretarse en un lugar único. “Arrancamos de a poco, primero quedamos en la playa, en una casa al lado, y ahora estamos acá. La verdad que estamos súper contentos por el lugar, por todo. La vista es impagable”, remarcó.
Café del Mar apunta principalmente al café de especialidad, con una carta variada que se adapta a todos los gustos. “Trabajamos café especial internacional: latte, cortado, americano, depende de si a cada uno le gusta más intenso o más suave”, explicó el barista. La propuesta se completa con pastelería artesanal, croissants, medialunas y budines de canela, con la idea de seguir sumando opciones en el corto plazo.
“La idea está puesta en el desayuno y la merienda, en venir a sentarse, mirar el mar y disfrutar”, señaló Rodríguez Alí. En cuanto a los horarios, el espacio atenderá todos los días de 8 de la mañana a 8 de la noche, de corrido, permitiendo disfrutar tanto de las primeras horas del día como de las tardes y los atardeceres frente al océano.

La inauguración fue acompañada por un clima especial, con la presentación en vivo de Jazz Brass Ensamble, que deleitó al público presente interpretando clásicos del jazz, aportando un marco musical perfecto para una jornada marcada por el buen café, la brisa marina y un paisaje inmejorable.
De esta manera, Café del Mar se suma a la oferta gastronómica de la costa necochense como una propuesta que combina calidad, experiencia y un escenario natural único, invitando a vecinos y turistas a disfrutar de uno de los rincones más encantadores frente al mar.