
* por Quimey Marfil
Luego de dos mundiales consecutivos organizados en Europa tocaba a tierras americanas realizar el siguiente evento. Por aquel entonces África y Asia no tenían ningún peso en el fútbol mundial y no se planteaba la posibilidad de celebrar un Mundial en otro continente que no fuera América o Europa. Argentina, que ya había presentado su candidatura en varios mundiales previos, volvió a candidatearse para organizar el evento en 1962. Chile también inscribió su candidatura al igual que Alemania. Este último país reiteró su candidatura y la elección quedó entre Chile y Argentina. En junio de 1956 se reunió el Congreso de la FIFA en Lisboa para elegir al organizador. Raúl Colombo, representante de la candidatura argentina finalizó su discurso con la frase “Podemos hacer el mundial mañana mismo. Lo tenemos todo”. Al día siguiente Chile expuso sus argumentos, y según el mito, el representante de la candidatura chilena, Carlos Dittborn finalizó su exposición con la frase “Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo”, en clara referencia a la frase del dirigente argentino. Luego de los discursos se realizó la elección, en la que la candidatura chilena se terminó imponiendo por 32 votos a 11. Después de 12 años el Mundial volvía a América, aunque el torneo se caracterizaría por el juego brusco y la escasa cantidad de goles (de hecho, ningún futbolista superó los 4 goles).
La escasa infraestructura del país trasandino puso en riesgo más de una vez la organización del Mundial. Particularmente en 1960, después de que un devastador terremoto asolara Valdivia y destruyera gran parte de la región sur del país, obligando a que ciudades como Talca, Concepción y la misma Valdivia debieran ser descartadas como sedes. No obstante, Chile se recuperó y con sólo cuatro sedes pudo organizar el Mundial. Se inscribieron 54 equipos que disputarían eliminatorias para definir a las 16 selecciones que jugarían el Mundial. Los clasificados fueron Suiza, Bulgaria, Alemania Federal, Hungría, la URSS, Inglaterra, Checoslovaquia, Italia, España y Yugoslavia por Europa. Por Sudamérica clasificaron Argentina, Colombia y Uruguay, junto a Chile que clasificó como anfitrión y Brasil como último campeón. México clasificó luego de derrotar en un repechaje a Paraguay. Al igual que el Mundial anterior, África y Asia no tuvieron representantes.
El sistema elegido para este Mundial fue igual al de la edición anterior, con las 16 selecciones divididas en 4 grupos de 4 y las dos primeras clasificando a cuartos de final. El grupo 1 estuvo conformado por Uruguay, Yugoslavia, la URSS y Colombia, debutante en los mundiales. En el partido disputado entre Colombia y la URSS, tuvo lugar el único gol olímpico en la historia de los mundiales, anotado por el colombiano Marcos Coll quien batió a la “araña negra”, Lev Yashin, uno de los mejores arqueros de la historia y único en ganar un Balón de Oro a mejor jugador del mundo. El grupo fue dominado por los europeos, clasificando los soviéticos en primer lugar y los yugoslavos como segundos.
El grupo 2, un auténtico grupo de la muerte estuvo conformado por los ex campeones Italia y Alemania, los anfitriones chilenos, y Suiza. Luego de derrotar a Suiza en el debut, Chile debía enfrentar a Italia en el segundo encuentro. El partido fue una auténtica carnicería que pasaría a la historia como la “Batalla de Santiago”. La previa del partido había sido calentada por periodistas italianos que habían realizado crónicas negativas del país trasandino. El clima era tenso desde el comienzo. A los siete minutos, una dura patada del delantero italiano Giorgio Ferrini al chileno Honorino Landa provocó la primera expulsión del partido. Disconforme con la decisión del árbitro, Ferrini se negó a abandonar la cancha, lo que motivó la intervención de personal de Carabineros que ingresaron al campo de juego a llevarse al jugador italiano. El resto del encuentro se vio constantemente interrumpido por infracciones, discusiones e incluso golpes de puño entre jugadores de ambas selecciones. El partido finalizó con el triunfo chileno por 2 a 0 que selló la clasificación de la roja. La otra selección clasificada fue Alemania que venció a los locales en el último partido y terminó liderando el grupo.
Por el grupo 3 se enfrentaron Brasil, Checoslovaquia, España y México. En la primera fecha Brasil iba a derrotar a México por 2 a 0. En el segundo encuentro Brasil sufrió una baja que pudo haber sido decisiva: su máxima figura, Pelé, sufrió una lesión en una rodilla en el empate en 0 ante los checoslovacos que lo privaría del resto del Mundial. Sin Pelé en cancha fue el turno de la otra gran figura del conjunto brasilero, Garrincha, probablemente el mejor extremo derecho que ha dado el fútbol y el jugador más querido por la afición brasilera, que con su endiablada gambeta se pondría el equipo al hombro y terminaría siendo indiscutidamente el mejor jugador de la Copa del Mundo. En la última fecha Brasil vencería a España dejando a los ibéricos fuera del Mundial y a Brasil y Checoslovaquia como clasificados del grupo.
El grupo 4 estuvo integrado por Argentina, Inglaterra, Hungría y Bulgaria. Argentina no había logrado recuperarse del “Desastre de Suecia” y atravesaba un período de reestructuración del cual tardaría mucho en salir. La selección dirigida por el “Toto” Lorenzo dejó más dudas que certezas luego de vencer en el debut a la débil Bulgaria por 1 a 0. Las dudas serían confirmadas tres días más tarde cuando la albiceleste fue derrotada contundentemente por Inglaterra por 3 a 1. Nuestra selección debía vencer en la última fecha o al menos empatar y obtener una ayuda de Bulgaria, pero en otra decepcionante actuación el combinado nacional no iba a romper el 0 ante Hungría, y el empate entre ingleses y búlgaros le iba a dar la clasificación a los británicos que, junto a los magiares se metían en cuartos de final, dejando a nuestro país nuevamente afuera en primera ronda. Años más tarde Antonio Rattin reconocería: “fue la peor selección que integré”.
Por los cuartos de final un intratable Garrincha iba a darle el triunfo a Brasil que con un 3 a 1 eliminaba a Inglaterra. Los anfitriones derrotaron 2 a 1 a la Unión Soviética, logrando así una histórica clasificación a semifinales. Alemania y Yugoslavia se enfrentaban por tercera edición consecutiva en cuartos de final; en Suiza ’54 el triunfo había sido para los teutones por 2 a 0, mientras que en Suecia ’58 los alemanes habían triunfado nuevamente, por 1 a 0. Esta vez, los eslavos iban a tener revancha, un gol de Radakovic a 5 minutos del final iba a romper la paridad y le iba a dar a los yugoslavos su segunda clasificación a semis (la primera había sido en Uruguay 1930). En el último partido de cuartos Checoslovaquia iba a vencer a Hungría también por 1 a 0.
Las semifinales iban a emparejar de un lado a los seleccionados sudamericanos y del otro a los europeos. Garrincha y Vavá, con dos goles cada uno iban a terminar con el sueño chileno, un contundente 4 a 2 depositaría a los brasileros nuevamente en la final de la Copa del Mundo. En la otra semifinal Checoslovaquia derrotó a Yugoslavia 3 a 1 y se metió en su segunda final, después de lo que había sido la derrota ante Italia en 1934.
Brasil y Checoslovaquia, que no se habían sacado diferencias en la fase de grupos volvían a verse las caras, esta vez en el partido decisivo. Previamente, Chile venció 1 a 0 a Yugoslavia en el partido por el tercer puesto y se subió por primera y única vez a un podio mundialista. La final fue disputada el 17 de junio en el Estadio Nacional de Santiago ante casi 70.000 espectadores. A los 15 minutos el volante checo Josef Masopust abrió el marcador para los europeos, pero la alegría no les duró mucho, sólo 2 minutos más tarde Amarildo, el delantero brasilero que había reemplazado a Pelé luego de su lesión empató el encuentro. La primera mitad terminaría igualada en 1, pero otra gran actuación de Garrincha en el complemento y los goles de Zito y Vavá le darían el triunfo a la verdeamarela por 3 a 1. Brasil se convertía en el segundo bicampeón mundial y, ahora sí, la alegría sería sólo brasilera.