
* por Quimey Marfil
“Notti magiche inseguendo un goal, sotto il cielo di un’estate italiana” reza el estribillo de la canción más conocida de la historia de los mundiales. Bajo el cielo de un verano italiano de 1990 Argentina vivió uno de los mundiales más emotivos de cuantos ha jugado nuestra selección. Tras el éxito en México ’86 la selección dirigida por el Doctor Bilardo y liderada por Diego Armando Maradona buscaba convertirse en la tercera selección en obtener un bicampeonato mundial. Por su parte, Italia, que se convertía de después de México en el segundo país en organizar una Copa del Mundo gracias a la elección de 1984 en la cual venció a la candidatura de la URSS, soñaba con conseguir, en su casa, al igual que en 1934, su cuarto Mundial. Alemania que había perdido las dos últimas finales y Brasil que nuevamente presentaba un gran equipo eran los grandes candidatos a quedarse con la XIV Copa del Mundo.
Nuevamente 24 selecciones se clasificaron para disputar el torneo, que se jugaría con el mismo formato del Mundial anterior. Las notas más destacadas del proceso eliminatorio fueron la eliminación de Francia, que quedó eliminada a manos de Yugoslavia y Escocia; el regreso de Holanda, que después de haber maravillado con su “naranja mecánica” en los ’70, había quedado afuera de los mundiales de 1982 y 1986; y la descalificación de las selecciones de Chile y México. El conjunto trasandino fue descalificado luego del “bengalazo”, un episodio en el cual el arquero chileno, Roberto Rojas, fingiera haber sido alcanzado por una bengala arrojada desde la tribuna brasilera con el fin de suspender el partido que su selección estaba perdiendo ante Brasil en el Estadio Maracaná. Luego de una investigación se probó que la bengala no había impactado en el arquero y que éste se había realizado un corte con una gilette para simular la agresión, tras lo cual se le dio el partido por perdido a la selección chilena y además se le prohibió a Chile la participación en la eliminatorias para el Mundial de 1994 (un hecho similar se daría en las eliminatorias 1998 cuando el “jardinero” Cruz simuló un corte en un enfrentamiento con la policía boliviana, aunque esta vez, no hubo sanción para la selección argentina). El caso mexicano fue conocido como “El cachirulazo”, y se trató de la inclusión de jugadores que sobrepasaban la edad reglamentaria en las eliminatorias para la Copa Mundial juvenil de 1989. En este caso, la selección tricolor fue suspendida por dos años con lo cual quedaron marginados del proceso eliminatorio para Italia ’90. En cuanto a las novedades, tres selecciones hicieron su debut en el Mundial: Costa Rica, Irlanda y Emiratos Árabes Unidos.
La Copa del Mundo se puso en marcha el 8 de junio en el Estadio Giuseppe Meazza de Milán, con el partido entre el actual campeón, Argentina, y Camerún. Al igual que en 1982, donde Argentina fue sorprendida por la selección belga en el debut, el campeón defensor se mostró lejos del nivel plasmado cuatro años antes y sufrió ante el rigor físico del conjunto africano siendo derrotada por 1 a 0. El grupo B lo completaban Rumania y la URSS. Argentina se enfrentó a la selección soviética en la segunda fecha con la obligación de redimirse tras la derrota inicial. En el Estadio San Paolo, de Nápoles, donde Maradona era idolatrado, la celeste y blanca venció a la Unión Soviética por 2 a 0 con goles de Troglio y Burruchaga. En este partido, el arquero argentino, Nery Pumpido, sufrió la fractura de tibia y peroné tras chocar con su compañero Julio Olarticoechea y debió ser reemplazado por el segundo arquero, Sergio Goycochea. Lo que parecía una terrible noticia para el conjunto nacional se terminaría transformando, con el correr de los partidos, en una de las cartas del triunfo de nuestra selección. En la última fecha, Argentina igualó 1 a 1 con Rumania con gol de Pedro Monzón y aseguró la clasificación a octavos como uno de los mejores terceros, mientras que Camerún lideró la zona y Rumania finalizó en segundo lugar. En su última participación en Mundiales antes de su disolución, la URSS decepcionó y quedó, por primera vez, eliminada en una primera fase.
En el grupo A se ubicaron los anfitriones, Italia, junto con Checoslovaquia, Austria y Estados Unidos, que volvía a una Copa del Mundo después de 40 años. Italia dominó el grupo y clasificó en primer lugar luego de ganar sus tres partidos. La Azzurra fue acompañada por Checoslovaquia, que derrotó a austríacos y norteamericanos. En el grupo C, Brasil, al igual que Italia, también ganó sus tres partidos ante Suecia, Costa Rica y Escocia y lideró la zona. Junto a los brasileros se clasificó la selección de Costa Rica que derrotó a Escocia en el debut y a Suecia en la última fecha para finalizar el grupo en segundo lugar. El grupo D emparejó a las selecciones de Alemania, Yugoslavia, Colombia y a Emiratos Árabes Unidos. La débil selección árabe fue goleada por sus tres rivales, que disputaron entre ellos los tres primeros lugares de la zona. Alemania ganó el grupo luego de derrotar a Yugoslavia y empatar ante Colombia, mientras que Yugoslavia finalizó segunda gracias a su victoria por la mínima ante los colombianos, que igualmente clasificaron a octavos como uno de los mejores terceros. De forma similar al grupo anterior, por el E Bélgica, España y Uruguay se repartieron los primeros tres lugares tras derrotar a todos a Corea del Sur. El grupo fue liderado por España tras igualar con Uruguay y vencer en la última fecha a Bélgica, mientras que los belgas clasificaron segundos al derrotar a Uruguay que, al igual que Colombia, clasificó como uno de los mejores terceros. Con sólo 7 goles en 6 partidos, el grupo F fue el más aburrido, aunque también el más reñido de la Copa. Al término de la segunda fecha, todos los partidos habían finalizado empatados. En la fecha final, Inglaterra se llevó el grupo tras vencer por 1 a 0 a Egipto, mientras que Irlanda y Holanda empataron 1 a 1, y al estar igualados en puntos, diferencia de gol y cantidad de goles, debieron recurrir a un sorteo para definir quién terminaba en segundo lugar. El sorteo favoreció a los irlandeses que, gracias al segundo lugar, evitaron tener que enfrentarse a Alemania en octavos.
El 23 de junio se pusieron en marcha los octavos de final, donde los leones cameruneses ratificaron su buen andar en la primera ronda, eliminando a Colombia en tiempo suplementario luego de un recordado error del arquero colombiano René Higuita quien perdió la pelota al intentar salir jugando y que le permitió al histórico delantero camerunés Roger Milla marcar el gol del triunfo. Checoslovaquia derrotó con contundencia a Costa Rica por 4 a1, Alemania repitió el resultado de la final de 1974 y venció a Holanda 2 a 1, mientras que en un duelo de ex campeones la selección italiana derrotó en Roma a Uruguay por 2 a 0. En otros dos partidos que debieron definirse en tiempo suplementario Yugoslavia venció 2 a 1 a España luego de haber empatado en 1 en tiempo reglamentario, mientras que Inglaterra, con un gol a falta de un minuto para finalizar el tiempo suplementario le ganó 1 a 0 a Bélgica y se metió nuevamente entre los ocho mejores del mundo. Un solo partido de los octavos de final debió definirse con tiros desde el punto penal, donde Irlanda, que había clasificado luego de empatar sus tres partidos de la fase de grupos, igualó en 0 ante Rumania y se impuso por 5 a 4 en los penales, convirtiéndose en la selección que más lejos ha llegado sin ganar un solo partido.
Pero sin dudas el partido más recordado de los octavos de final fue el que enfrentó a Argentina y Brasil. Brasil aparecía como el favorito luego de haber ganado sus tres partidos iniciales, mientras que a Argentina no le había sobrado nada y se había metido en la segunda ronda como uno de los mejores terceros luego de haber ganado, empatado y perdido sus partidos de fase de grupos. Brasil fue superior a lo largo de todo el partido y tuvo seis tiros en los palos del arco argentino que pudo evitar la caída de su arco gracias a la fortuna de los postes y la gran actuación de Goycochea. Pero a falta de 10 minutos para finalizar el partido, en una magistral contra Maradona gambeteó a tres jugadores brasileros y dejó a Caniggia mano a mano con el arquero Taffarel, a quien el “pájaro” eludió para marcar el 1 a 0 definitivo. Después de la eliminación a manos de su archirrival en 1982, Argentina se tomaba venganza y, contra todos los pronósticos, derrotaba a Brasil 1 a 0 y los dejaba fuera del Mundial.
Los cuartos de final se iniciaron con el partido entre Argentina y Yugoslavia. Argentina seguía sin jugar bien y en un deslucido partido igualó 0 a 0 con el conjunto europeo, y tras 120 fue necesaria una definición por penales. En una vibrante definición por penales donde a Maradona le contuvieron un penal y Troglio estrelló otro tiro en el palo, el “Vasco” Goycochea se vistió de héroe y tras atajar dos penales seguidos metió a la Argentina en semifinales. Italia, con gol de Schillaci, el goleador del torneo, venció 1 a 0 a Irlanda y también aseguró un lugar entre los cuatro mejores. Alemania también se metió entre los cuatro mejores luego de derrotar por la mínima a Checoslovaquia en el que fue el último partido de la selección checoslovaca en un Mundial antes de la desintegración del país y su partición en la República Checa y Eslovaquia. El partido más emocionante de los cuartos fue el que disputaron Inglaterra y Camerún. El conjunto inglés se fue en ventaja al descanso, pero los leones de Camerún dieron vuelta el resultado y se pusieron 2 a 1 arriba. A poco del final Inglaterra logró empatar a través de un penal convertido por Gary Lineker y forzó a un alargue. Allí, fue nuevamente el histórico delantero inglés otra vez desde los doce pasos quien marcó el 3 a 2 definitivo y metió a Inglaterra en semifinales por primera vez en 24 años.
Las semifinales cruzaron a Italia con Argentina y a Alemania con Inglaterra. En el San Paolo de Nápoles, el lugar en el mundo de Diego Armando Maradona, la selección nacional jugó su mejor partido del torneo y luego de un gol de cabeza de Claudio Paul Caniggia empató el partido ante los locales que se habían puesto en ventaja con gol de Salvatore Schillaci y obligó a una nueva definición desde el punto penal luego de que ninguno de los dos equipos lograra romper la paridad en el suplementario. En los penales apareció nuevamente la figura de Sergio Goycochea que, al igual que contra Yugoslavia, atajó los últimos dos penales de la serie y con un 4 a 3 global eliminó a la selección anfitriona y clasificó a Argentina a una nueva final. La otra semifinal fue un resultado calcado de la primera, con un empate en 1 entre alemanes e ingleses que forzó a una definición por penales. Allí, la selección alemana derrotó 4 a 3 a su par inglés y se metió, por tercera vez consecutiva, en una final de Copa del Mundo. Tras ese partido, Gary Lineker pronunció su ya célebre frase “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan once contra once y en el que siempre gana Alemania”. Razón no le faltaba…
La final se jugó el 8 de julio en el Estadio Olímpico de Roma ante más de 70.000 personas. Por primera vez se repetía una final de Copa del Mundo. Sólo cuatro años antes Argentina había vencido a los germanos por 3 a 2. Pero en Italia la realidad de ambas selecciones era bastante distinta que en México. Argentina llegaba sin mostrar un gran nivel y arribaba a la final habiendo ganado sólo dos partidos en el campeonato. Por su parte, Alemania había demostrado ser la mejor selección del torneo y llegaba invicto tras haber ganado cuatro partidos y empatado dos. La final fue un partido parejo en el que Argentina no pudo contar con varios de sus titulares suspendidos por expulsión o acumulación de amarillas. Caniggia, Olarticoechea, Giusti y Batista, debieron ver desde afuera la final. Para colmo de males, Argentina se quedó con un jugador menos a los 20’ del segundo tiempo tras la expulsión de Pedro Monzón, que había ingresado menos de diez minutos antes debido a la lesión de Jorge Burruchaga. Cuando parecía que la final se encaminaba a tiempo suplementario, el árbitro mexicano Edgardo Codesal cobró un polémico penal de Sensini sobre Rudi Völler que Andreas Brehme cambió por gol. Tras dos finales perdidas de forma consecutiva, Alemania se sacaba la espina y conseguía así su tercer Copa del Mundo.