
* por Quimey Marfil
Llegaba el nuevo milenio y junto con él las novedades al mundo FIFA. Por primera vez la Copa Mundial de fútbol se iba a realizar fuera de Europa y América y, por primera vez también, dos países serían los encargados de organizar el evento. Corea del Sur y Japón fueron designados por unanimidad por el Comité Ejecutivo de la FIFA como los países encargados de organizar en 2002 la XVII Copa Mundial de la Fútbol. Si ambos países carecían de la tradición futbolera de otros organizadores, lo iban a compensar una infraestructura a la altura del siglo XXI.
Casi 200 selecciones se inscribieron para participar del torneo, de las cuales 32 accederían a la fase final que se disputaría con el mismo formato del Mundial anterior. Cuatro países, todos de distintas confederaciones, hicieron su debut en una Copa del Mundo: China, Ecuador, Senegal y Eslovenia, que por primera vez clasificaba a un Mundial tras su separación de Yugoslavia. Holanda, semifinalista en la edición anterior, fue la gran ausente de la cita mundialista.
El sorteo del Mundial se realizó el 1° de diciembre de 2001 en la ciudad coreana de Busán. Junto con Francia, vigente campeón, y los países anfitriones, los cabezas de serie fueron Alemania, Argentina, Brasil, España e Italia. Esta fue la última edición en que el campeón del Mundial anterior clasificaba automáticamente para disputar el certamen. Al mismo tiempo, fue la última vez que el partido inaugural era disputado por el vigente campeón; a partir de 2006 el encargado de inaugurar el Mundial sería el país anfitrión.
El 31 de mayo se puso en marcha la Copa del Mundo. El sorteo había determinado que el campeón, Francia, se enfrentara al debutante Senegal. Francia, además de ser el último campeón, también había ganado la Eurocopa 2000 y era, junto a Argentina, la gran candidata a quedarse con el Mundial. Todos daban por descontado el triunfo francés, pero los galos, que no contaban con su figura Zidane, lesionado, fueron sorprendidos por el conjunto africano y cayeron por 1 a 0 para sorpresa de todo el mundo del fútbol. Ambos equipos integraban el grupo A junto a Dinamarca y Uruguay. El partido entre estas selecciones se saldó con un triunfo danés por 2 a 1. En la segunda fecha les bleus volvieron a decepcionar, no sólo no ganaron sino que tampoco pudieron convertir ningún gol y empataron 0 a 0 ante la selección charrúa. Dinamarca y Senegal, por su parte, también empataron 1 a 1, obligando a franceses y uruguayos a ganar en la última fecha para poder acceder a octavos de final. El regreso de Zidane tras la lesión que lo había marginado las dos primeras fechas hacía ilusionar a los campeones, pero en un nuevo fracaso la selección francesa cayó ante su par de Dinamarca por 2 a 0 y quedó afuera del certamen en primera ronda, con un solo punto y sin haber convertido goles en 270 minutos, en lo que es la peor actuación de un campeón defensor hasta la fecha. El otro encuentro decisivo del grupo fue, con toda seguridad, el mejor partido del campeonato. Senegal hizo un excelente primer tiempo y se fue al descanso ganando 3 a 0, pero los uruguayos hicieron gala se famosa garra charrúa y lograron empatar el partido en la segunda mitad. En la última jugada del partido, con todo Uruguay volcado a buscar la agónica clasificación a octavos, un rebote del arquero senegalés dejó al “chengue” Morales con el arco vacío para cabecear la pelota al gol y al delirio celeste, pero el cabezazo increíblemente se fue desviado y Senegal, en su primer Mundial, consiguió la clasificación a la segunda ronda.
España, Eslovenia, Paraguay y Sudáfrica integraron el grupo B. A diferencia del Mundial anterior España hizo una gran primera ronda y ganó todos sus partidos anotando nueve goles en tres partidos. En la última fecha, España, ya clasificada, se enfrentaba a Sudáfrica que había empatado ante Paraguay en el debut y le había ganado por la mínima a Eslovenia. El empate le alcanzaba al conjunto sudafricano para clasificarse, mientras que Paraguay necesitaba un triunfo español y ganar por dos goles de diferencia en su partido para meterse entre los dieciséis mejores del Mundial. El triunfo español por 3 a 2 y la victoria guaraní por 3 a 1 a Eslovenia, luego de haber empezado perdiendo el partido, le dio finalmente la clasificación al combinado sudamericano.
En el grupo C se ubicaron Brasil, Turquía, Costa Rica y China. Brasil ganó sus tres partidos, el primero con un polémico arbitraje 2 a 1 a Turquía, los otros con goleadas incluidas a China y Costa Rica. Al igual que en el grupo anterior, Turquía clasificó por diferencia de gol luego de empatar en puntos con Costa Rica.
Uno de los anfitriones, Corea del Sur, se ubicó en el grupo D junto a Portugal, Polonia y Estados Unidos. Corea, con siete puntos, clasificó en primer lugar pero recién en la última fecha, luego del triunfo ante Portugal con un polémico arbitraje que favoreció a los locales. El otro clasificado fue Estados Unidos luego de una victoria, un empate y una derrota.
En el grupo E se dio la mayor goleada del campeonato. Alemania compartía grupo con Irlanda, Camerún y Arabia Saudita. Los alemanes apabullaron en el debut a los saudíes por 8 a 0, con tres goles de Miroslav Klose, quien hasta el día de hoy es el mayor goleador de la historia de los mundiales con 15 tantos en cuatro torneos disputados. Alemania fue el ganador del grupo luego de empatar con Irlanda en el segundo partido y de derrotar a Camerún en el cierre. El otro clasificado fue el combinado irlandés, que luego de empatar ante Camerún en el debut y de obtener otro agónico empate en tiempo de descuento frente a Alemania, se impuso con facilidad a la débil selección árabe.
Si el D había sido el grupo de la muerte en Francia ’98, en el 2002 fue, sin duda, el grupo F. Argentina, que había arrasado en las eliminatorias y que llegaba como la otra gran favorita a quedarse con el Mundial junto a Francia, debía medirse con Inglaterra, Suecia y Nigeria. El debut fue en la madrugada argentina del 2 de junio frente a Nigeria. Durante la entrada en calor previa al partido el capitán argentino Roberto Ayala, pilar fundamental de la defensa, sufrió una lesión muscular que lo marginaría del resto del campeonato. Argentina igualmente fue superior a su rival y, al igual que en el debut del Mundial anterior, se impuso por 1 a 0 con gol de Batistuta. En el otro encuentro, ingleses y suecos igualaron 1 a 1. En la segunda fecha Argentina se enfrentaba con Inglaterra. Los ingleses buscaban tomarse revancha de los dos últimos enfrentamientos mundialistas en los que Argentina había eliminado a la selección inglesa, en México 1986 y Francia 1998. Esta vez la historia sería distinta, con una selección argentina jugando un mal partido y siendo dominada por Inglaterra que abrió el marcador con un gol de penal de David Beckham a los 44 minutos del primer tiempo. Inglaterra sostuvo el marcador en el segundo tiempo, llevándose tres puntos que la ubicaban como líder del grupo junto a Suecia que había derrotado a Nigeria, lo que obligaba a la Argentina a ganar su último partido para pasar de ronda. Argentina no mejoro el rendimiento ante los escandinavos y a medida que fueron pasando los minutos los nervios se fueron apoderando del seleccionado dirigido por Marcelo Bielsa. A los 15 minutos del segundo tiempo un gol de tiro libre del sueco Anders Svensson dejó a la celeste y blanca al borde de la eliminación. Argentina consiguió empatar en el minuto 88 a través de Hernán Crespo luego de un rebote dado por el arquero sueco tras atajarle un penal a Ortega, pero ya era tarde. Argentina no consiguió dar vuelta el marcador y quedó eliminada del Mundial en primera ronda. Francia y Argentina, que llegaban como favoritas a ganar el Mundial se volvían a sus países habiendo jugado solamente tres partidos.
Por el grupo G se enfrentaron Italia, México, Croacia y Ecuador. El grupo fue dominado por México que ganó sus dos primeros partidos y empató en el cierre ante Italia, la otra clasificada gracias al triunfo en la última fecha de Ecuador sobre Croacia, que no pudo repetir el éxito del Mundial anterior.
En el grupo H se ubicaron los otros anfitriones, Japón, junto a Rusia, Bélgica y Túnez. En una zona accesible Japón igualó en el debut ante Bélgica y ganó sus otros dos partidos para liderar la zona. Fueron precisamente los belgas, que derrotaron a Rusia en el cierre luego de haber empatado sus dos primeros partidos, los otros clasificados.
Por los octavos de final Alemania consiguió una agónica victoria por 1 a 0 frente a la dura selección paraguaya, mientras que Inglaterra goleó 3 a 0 a Dinamarca. Senegal hizo historia al convertirse en el segundo país africano en llegar a cuartos de final luego de empatar 1 a 1 con Suecia en tiempo reglamentario y ganar gracias a un gol de oro cuando terminaba el primer tiempo suplementario. Los que no se sacaron ventajas fueron españoles e irlandeses; luego de empatar 1 a 1 tras 120 minutos debieron definir las clasificación a través de los penales, donde España fue más efectiva y ganó 3 a 2. México y Estados Unidos protagonizaron el primer enfrentamiento en mundiales entre países de la Concacaf. Contra la mayoría de los pronósticos lo que se impusieron fueron los estadounidenses por 2 a 0, empezando a alimentar el karma de México de no poder superar los octavos de final. Brasil fue superior a Bélgica y de la mano de sus figuras, Ronaldo y Rivaldo, se impuso por 2 a 0. Turquía terminó con las aspiraciones japonesas y se metió por primera vez entre los ocho mejores tras un ajustado 1 a 0. El partido más escandaloso de los octavos de final fue el que disputaron los otros anfitriones, Corea del Sur, e Italia. Corea fue escandalosamente beneficiada por la terna arbitral que anuló un gol lícito a Italia, cobró un dudoso penal en favor de los locales y expulsó injustamente a la figura italiana Francesco Totti. El partido finalizó igualado 1 a 1 al cabo de los 90 minutos y Corea se impuso con un gol de oro en el minuto 117.
Los cuartos de final se diputaron el 21 y 22 de junio. El primer partido de cuartos fue el más entretenido y el único disputado por dos selecciones de primer nivel. Brasil mostró toda su jerarquía y se impuso 2 a 1 a Inglaterra con un gol de Rivaldo sobre el cierre de la primera mitad y otro, de tiro libre, de Ronaldinho en el comienzo de la segunda. Alemania volvió a sufrir y se impuso por la mínima diferencia a Estados Unidos, a quienes les anularon injustamente un gol. Turquía y Senegal no abrieron el marcador en tiempo reglamentario y debieron ir nuevamente a un suplementario donde los turcos se impusieron con gol de oro y clasificaron por primera y única vez a una semifinal de Copa del Mundo. Pero sin duda el partido más polémico de esta instancia fue el protagonizado, nuevamente, por la selección de Corea del Sur, en este caso ante España. Al igual que en los partidos con Portugal por la fase de grupos e Italia en octavos, los árbitros favorecieron a los anfitriones, anulando dos goles legítimos a la selección española e inclinándose sistemáticamente en favor de Corea ante cada jugada dudosa. El partido finalmente terminó sin goles al cabo de 120 minutos y los locales lograron imponerse en los penales, convirtiéndose en la primer selección asiática en alcanzar las semis de un Mundial.
En semifinales se impuso la lógica. La prensa alemana se hizo eco de los escandalosos arbitrajes previos favorables a Corea y manifestó preocupación en la víspera del partido ante la posibilidad de ser perjudicados ellos también en la semifinal. Sin embargo la selección de Alemania fue superior a los surcoreanos y, en un repleto Estadio Mundialista de Seúl, se impuso por 1 a 0 con gol de Michael Ballack a poco de finalizar el partido. En la otra semifinal Brasil y Turquía volvieron a verse las caras luego de lo que había sido el debut de ambas selecciones en el Mundial que había finalizado con un polémico triunfo brasilero. Esta vez no hubo fallos arbitrales y el equipo dirigido por Luis Felipe Scolari volvió a imponerse por 1 a 0 con gol de Ronaldo.
El partido por el tercer puesto fue ganado por Turquía, que completó su mejor actuación histórica en un Mundial. El partido finalizó 3 a 2 y el delantero turco Hakan Şükür convirtió el gol más rápido de la historia de los mundiales a los 11 segundos de juego, luego de robar la pelota tras la salida inicial de Corea.
La final se jugó el 30 de junio en el Estadio Internacional de Yokohama. Brasil fue superior en el trámite aunque el primer tiempo finalizó sin goles. Fue en el segundo tiempo donde se impuso la jerarquía del “scratch” y de su goleador Ronaldo, que facturó por duplicado a los 63’ y a los 79’ para finalizar como goleador del torneo con 8 tantos, y para darle a su selección el pentacampeonato. Con un plantel plagado de figuras, con Ronaldo y Rivaldo como goleadores y líderes, con Ronaldinho haciendo su aparición rutilante en el plano internacional, con Roberto Carlos y Cafú (que se convirtió en el primer jugador en jugar tres finales mundialistas de forma consecutiva) como dueños de las bandas, Brasil volvía a demostrar, una vez más, que la alegría era sólo brasilera.