25/04/2024

Radio Maestra

Historia de los mundiales: Uruguay 1930 - Uruguayos sangre de campeones

15/09/2022 |



* por Quimey Marfil

Faltan poco más de dos meses para Qatar 2022 y desde Radio Maestra 97.3 y Necochea Digital decidimos reeditar la Historia de los mundiales realizada en la víspera de Rusia 2018. Un par de historias semanales para entrar en calor mientras esperamos que la pelota vuelva a rodar. Hoy: Uruguay 1930.

Desde la fundación de la FIFA, el 21 de mayo de 1904, se planteó la posibilidad de realizar un torneo a nivel mundial. Un primer intento para celebrarlo en Suiza en 1906 fracasó, la FIFA no contaba ni con los recursos ni con la infraestructura necesaria para semejante evento. Así, el fútbol se refugió de momento en los Juegos Olímpicos. No obstante, la idea de organizar un torneo que nucleara a las principales selecciones nunca fue abandonado, y el creciente éxito del fútbol y su profesionalización en gran parte de Europa y Sudamérica, llevó a que el ente rector del fútbol mundial decidiera, finalmente, organizar un campeonato separado de los Juegos Olímpicos. Así, en 1928, tras un Congreso organizado por la FIFA en Ámsterdam, se acordó organizar un torneo especializado que permitiera la incorporación de jugadores profesionales (los Juegos Olímpicos aún no permitían el profesionalismo). El presidente de la FIFA, el francés Jules Rimet, y el secretario general de la Asociación Francesa de Fútbol, Henri Delaunay, propusieron que se realizara cada cuatro años, y el escultor francés Albert Lafleur fue encargado para diseñar el trofeo.

La sede el primer mundial de la historia fue decidida tan sólo un año antes (algo impensado hoy en día donde, por ejemplo, el mundial de Qatar 2022 fue aprobado con 12 años de antelación). Luego de que varios países europeos presentaran su candidatura, y tras un Congreso celebrado en Barcelona el 18 de mayo de 1929, se decidió que la primera Copa del Mundo se realizaría en tierras sudamericanas, concretamente en Uruguay. Los motivos fueron varios: el centenario de la Jura de la Constitución uruguaya, realizada el 18 de julio de 1830; el compromiso de los uruguayos de construir un estadio con capacidad para más de 90 mil espectadores (precisamente el “Centenario”), y los logros futbolísticos obtenidos por los charrúas que se habían coronado campeones en los últimos dos Juegos Olímpicos (París 1924 y Ámsterdam 1928, éste último venciendo en un desempate a la Argentina).

Uruguay 1930 fue la única Copa del Mundo para la cual no se realizaron eliminatorias. Todos los países afiliados a la FIFA fueron invitados a competir, teniendo como fecha límite para su respuesta el 28 de febrero de 1930. Rápidamente, los países americanos de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos aceptaron la invitación; pero los países europeos se mostraron más reticentes. La crisis económica tras el Crack de Wall Street el año anterior, los altos costos del viaje y la travesía que implicaba atravesar el océano atlántico en barco durante casi un mes hicieron que la mayoría de los países europeos desistiera de participar. Uruguay se ofreció incluso a pagar todos los gastos y compensar a los equipos de fútbol profesional por la ausencia de sus jugadores, no obstante, la mayoría siguieron rechazando la invitación. A sólo dos meses del comienzo del Mundial, ningún país europeo había confirmado su presencia. Las federaciones latinoamericanas amenazaron con retirarse de la FIFA y, finalmente, cuatro países europeos cedieron y decidieron participar: Francia, Bélgica, Yugoslavia y Rumania.

Las 13 selecciones fueron divididas en cuatro zonas, una de cuatro equipos y las restantes de tres. Los vencedores de cada grupo avanzarían a semifinales. El 13 de julio de 1930 se disputó el primer partido de la historia de la Copa del Mundo. Aunque parezca mentira hoy en día, en que, por ejemplo, la final del último mundial fue vista por más de mil millones de espectadores en todo el mundo, sólo 1000 personas asistieron al primer encuentro en la historia de los mundiales, que Francia derrotó a México 4 a 1. Ambos equipos integraron zona junto a Chile y Argentina, quien sería la clara dominadora del grupo al vencer sus tres partidos: a Francia (1 a 0), a México (6 a 3) y a Chile (3 a 1), de la mano de quien terminaría siendo el máximo goleador del torneo, Guillermo Stábile con 8 goles. En el partido entre Argentina y Francia se dio un hecho por demás curioso, el árbitro finalizó el encuentro cuando todavía restaban 6 minutos de juego (sí, terminó el partido a los ’84); cuando se dio cuenta del error, llamó a los jugadores que ya se encontraban en los vestuarios para jugar los minutos que faltaban, los franceses no pudieron convertir y nuestra selección terminó imponiéndose por la mínima. Por las otras zonas clasificaron Uruguay, que no tuvo problemas ante Rumania y Perú; Yugoslavia, que se impuso ajustadamente a Brasil y despachó sin inconvenientes a Bolivia; y Estados Unidos, que venció a Bélgica y a Paraguay por tres goles de diferencia. Las semifinales fueron un paseo para los equipos sudamericanos, grandes favoritos a quedarse con el título, Argentina se impuso 6 a 1 a los norteamericanos, mientras que Uruguay venció por el mismo marcador a Yugoslavia. Se daba la final esperada, el campeón olímpico versus el campeón sudamericano.

La final se jugó el 30 de julio en el Estadio Centenario ante 93000 espectadores. La tensión era tal que el árbitro exigió medidas de seguridad excepcionales y todos los hinchas fueron registrados a su entrada al estadio por temor al ingreso de armas de fuego. Argentina se fue al descanso 2 a 1 con goles de Peucelle y Stábile, pero un gran segundo tiempo charrúa dio vuelta el resultado en favor de los uruguayos que, con un 4 a 2 final, se quedaron con la primera edición de la Copa del Mundo. Mientras en Uruguay se declaró fiesta nacional, en Buenos Aires, la policía tuvo que disparar a una muchedumbre furiosa que intentó asaltar la embajada uruguaya. Posteriormente, varios jugadores del plantel argentino manifestaron que llegaron a temer por sus vidas. Según dicen, el defensor Fernando Paternoster llegó a decirles a sus compañeros en el entretiempo: “Mejor que perdamos, si no aquí morimos todos”. La leyenda cuenta que los jugadores argentinos fueron amenazados de muerte en caso de ganar. El mediocampista argentino Luis Monti, único futbolista en disputar dos finales mundiales con diferentes países (con Argentina en 1930 y con Italia en 1934) manifestó años después: “En 1930, en Uruguay, me querían matar si ganaba, y en Italia, cuatro años más tarde, si perdía”. Haya sido cierto o no, haya influido o no el ambiente en la actuación de los futbolistas argentinos, lo cierto es que la primera final de la historia de los mundial se fue para Uruguay.