16/04/2024

Locales

El “niño” Roberto Lavagna y la madre de Juan Domingo Perón, vivieron también en Ramón Santamarina que llegó a tener 2200 habitantes

03/10/2022 |



El kilómetro 53 de la ruta nacional Nº 228 señala el atajo que conduce a Ramón Santamarina: 13 kilómetros por una ancha calle empedrada que, como puede, soporta las inclemencias del clima para que sus habitantes logren salir. Es que desde que el ferrocarril dejó de llegar a estos pagos, Ramón Santamarina, de a poco, comenzó a perder el brillo de sus años de gloria.

Este pequeño pueblo del partido de Necochea le debe su nombre a don Ramón Santamarina, propietario de estas tierras hasta 1910. Este próspero inmigrante español llegó al país en 1840 y, luego de trabajar un tiempo en Buenos Aires, partió hacia Tandil, donde llegó a tener una gran extensión de campo.

En 1908, Santamarina intentó fundar un pueblo, pero fracasó. Sus campos salieron a remate, pero como la ilusión de que el ferrocarril pasara por el lugar se había desvanecido, la subasta pública no prosperó. En los años siguientes, los hijos del matrimonio de Ramón y Ana Santamarina comenzaron a construir un pequeño grupo poblacional con algunas viviendas, el almacén, la panadería, un hotel -Santa Ana, en honor a su madre-, el local para la administración y la escuela. Trazaron un plano que subdividía las tierras en 170 manzanas, quintas, chacras y solares, a la espera de que el pueblo con el nombre de su padre -ya fallecido- finalmente fuera realidad. Así fue como el 2 de octubre de 1910, coincidiendo con la llegada del tren, la firma Adolfo Bullrich y Cía. presentó en subasta pública el trazado que comprendía alrededor de 10 mil hectáreas.

Ese día, la firma Santamarina y Cía, dedicada a la compra y venta de cereales y a los remates de hacienda, costeó el arribo de trenes especiales. Se realizó un gran almuerzo para el que se carnearon 30 vaquillonas, se llevaron 8 pipas de vino y se ofrecieron 2000 kilos de queso. A la tarde, el remate se concretó y se dio por fundado el nuevo pueblo con el nombre de Ramón Santamarina.

Esta extensión de la red ferroviaria trajo tres nuevas estaciones. Todas rinden homenaje al próspero colono español: Ramón Santamarina lleva su nombre, Energía fue designada así en reconocimiento a su fuerza, y Orense recuerda la ciudad que lo vio nacer en España.

Las vías del ferrocarril dieron vida a Ramón Santamarina. Pronto fue necesario construir nuevas viviendas, comercios, escuelas y dependencias oficiales, como el destacamento de Policía y la sede del telégrafo. Año tras año llegaban nuevos pobladores y el lugar llegó a contar con 2200 habitantes en 1940.

Sus calles ahora desoladas vieron jugar a Roberto Lavagna, actual ministro de Economía, que vivió algunos años de su niñez en el pueblo, cuando su padre fue el médico del lugar. La madre de Juan Domingo Perón también pasó por aquí: estuvo casada con un vecino del lugar, de apellido Canosa.

El tren daba vida. Algunos vecinos recuerdan todavía cuando llegaban visitantes de otros pueblos. "Los domingos a la noche comenzaba a sonar el tango «9 de Julio», que marcaba la apertura de la tertulia."

En 1960, Ramón Santamarina recibió un duro golpe. El tren dejó de pasar y, poco a poco, comenzó el éxodo de su gente en busca de mejores posibilidades de trabajo y estudio. En el pueblo sólo había quedado una escuela primaria.

Sin embargo, Ramón Santamarina guarda algo del inmigrante tenaz que le dio su nombre y por los años 70 se impuso como la capital provincial del girasol. En 1987, luego de un arduo trabajo, sus vecinos lograron abrir la única escuela agropecuaria del distrito de Necochea, que recibe a diario a 200 alumnos.

Ramón Santamarina es un pueblo tranquilo, hospitalario, donde todos se conocen y nadie olvida saludar. Todavía no hay Internet, la estación de servicio cerró y pocos autos circulan por sus calles. Pero sus 400 habitantes viven felices y aúnan fuerzas para renacer.-

Fuente Diario “La Nación” 2004.-