19/03/2024

Provinciales

Argentina y el futbol, radiografía de una historia viviente

23/03/2023 |



En tanto argentinos hemos sido testigos de un acontecimiento desbordante para nuestras emociones individuales y sociales. Fenómenos de masa y aglomeraciones exaltadas de alegría manifestaban sus sentires tras la coronación de la selección Argentina al ganar la copa del mundo en Qatar. Una explosión que, en el más lato de sus sentidos, eliminó, al menos temporalmente, las diferencias que nos distancian como individuos o sociedad. La obtención del título por nuestra bandera, y tal vez en un mismo nivel de importancia, por su líder Messi, fueron una combinación que permanecerá como una huella imborrable eternizada en esa tercera estrella que de ahora en más veremos bordada en cada camiseta argentina. 

Los argentinos vivimos y crecimos en un contexto donde el futbol, así como el tango, el asado o las reuniones con amigos, forma parte de nuestra cultura, de nuestra identidad. Los niños al conocerse nos muestran como una de las primeras formas de interactuar entre ellos es por medio de esta vía ¿Che, y vos de que sos? Se preguntan entre sí, entendiendo y dando por hecho que el club o equipo por el que hinchan es parte de cada uno. La Argentina hoy está en la vidriera del mundo, por Messi, por nuestras calles, por nuestro futbol. 

Di Stefano, Maradona, Messi, íconos del futbol mundial pertenecientes a un mismo país, cuestión que lleva a preguntarnos a que se debe la particularidad y privilegio de contar con estas joyas epocales que rompen con las lógicas y estándares del prototipo de futbolista. Es allí donde entiendo que el psicoanálisis puede aportarnos algunos elementos que den cuenta de su funcionamiento siendo que este propone y describe en parte a la cultura como la resultante de normativas surgidas de necesidades convivenciales, y donde a su vez esta moldea o modela a los nuevos integrantes que se introducen en ella.   

El futbol, en tanto práctica deportiva y grupal convive y lleva en su ADN la inexorable presencia del ambiente en el cual se gesta. ¿Acaso no vemos en los brasileros parte de sus danzas o bailes, o en los alemanes, donde el conjunto organizado de una estructura mecanizada funciona como un bloque difícil de atravesar, o en los croatas y su espíritu de lucha donde la batalla no se da por perdida hasta tanto el árbitro lo determine? Numerosos ejemplos o expresiones de la historia de su país, de su cultura.

¿Cómo no relacionar estos factores, observables y presumibles en la conjunción del Messi argentino? Hernan Casciari hace unos días nos emocionaba con su relato de Messi y su valija, en donde daba cuenta como el valor que Messi le dio a sus orígenes parece nunca haber dejado de estar, dotándolo de una identidad irrenunciable pese a las “tentaciones” que la vida haya podido ofrecerle. La vida y carrera de este chico tiene un ADN tan argentino que no deja de sorprender, su necesidad de adaptación es posiblemente el rasgo identitario que mas nos identifica como argentinos y nuestro día a día, en donde debemos aprender a gambetear las dificultades y obstáculos que nuestro medio impone. 

“La argentinidad al palo”, Messi en su máxima expresión, del éxtasis a la agonía, la historia que se repite de un país, en un chico, en un partido de futbol. Si alguien nos pregunta cómo se vive en Argentina, invitémoslo a ver la final Argentina-Francia en Qatar. El cambalache del partido, los vaivenes afectivos, la euforia y desazón inexplicable de un mundo que se venía a pique nos hicieron más que nunca ser argentinos, ahí en esas sensaciones que no terminábamos de comprender del todo pero que nos acercaban a decirnos “¿Otra vez va a pasar?” Dando cuenta de un orden al cual reconocemos inmediatamente al aproximarse.

 Messi, la gallina de los huevos de oro

¿Qué define o indica que una persona pueda ser designada como genio? Podrían darse varias consideraciones al respecto dependiendo de las escalas valorativas desde donde se observe. Desde mi óptica entiendo por tal a la capacidad de inventiva en la interacción del sujeto con su medio, la forma de adaptarse, cómo circunda y se manifiesta o corporiza aquello que, a priori, carece de materialidad. 

Trayendo de vuelta la pelota a la cancha, sí, Messi es un genio. Hemos observado como en los 18 años de su carrera profesional este chico tuvo la cualidad de reinventarse en múltiples oportunidades dependiendo de las circunstancias en las cuales se encontraba. Creo no exagerar si hablamos de haber visto en él al menos a 3 futbolistas diferentes en un mismo sujeto. El Messi adolescente donde vorazmente daba rienda suelta a toda su potencia juvenil mostrando la velocidad en la que podía desasirse de sus rivales; un segundo Messi, y posiblemente el más efectivo en términos estadísticos, que apareció destrozando todo tipo de estadísticas goleadoras y de asistencias, donde su potencia fue regulada en la interacción justa entre reserva de energía y ejecución de la acción, la fuerza y despliegue individual pasaron a quedar al servicio del equipo. Por último, el Messi de Qatar, ya visiblemente maduro, aparece como la expresión de una obra en su punto culmine en donde a su talento innato se le agrega el plus de la capacidad de liderazgo potenciada por la conformación de un grupo habilitante para el despliegue y protección del líder, contrarrestando los efectos de su natural merma física. 

No quisiera pasar por alto la mención de la presencia del mito edípico en donde la muerte del rey (por asesinato) fue lo que habilitó la posibilidad de que Edipo pase luego a ocupar su lugar. Con las obvias diferencias en la situación que viene mencionándose, pareciera haber cierta realidad simbólica en este aspecto dado que los recientes éxitos conseguidos son póstumos al fallecimiento de Diego Maradona.  

Volviendo al terreno del jugador y al plano de su individualidad, el campo se amplía cuando intentamos comprender la tan precisa expresión del periodista Juan Pablo Varsky, quien denomina al accionar de Messi dentro de la cancha como “la rutina de lo extraordinario”. 

Hábito y excepción, sustantivos implícitos en una frase que hermana dos conceptos en apariencia y hecho sumamente distantes, el observable de una conducta que combina y convive en la antinomia. El hecho de poder ubicar las coordenadas del juego, de la dinámica física de los rivales anticipándose en milésimas de segundo a ellos partir del dominio del propio cuerpo, hacen al conjunto de una cualidad sumamente compleja. La capacidad intuitiva de lectura que vemos en esos instantes donde se puede observar al jugador “caminar la cancha” forma parte de lo que parece ser un mapeo que anticipa en tiempo y  espacio lo que puede suceder. Es desde ese registro mnémico experiencial que se procesa la información, transformando en rutina lo comúnmente extraordinario para el resto del mundo, elementos de un individuo que nos distraen y dan un valor distintivo permitiéndonos dejar a un lado las diferencias y padeceres que en la actualidad son tan difíciles de gambetear.  

Lic. Fernando Pérez

M.P 95.352

Licenciado en Psicología y analista en formación IUSAM (Instituto Universitario de Salud Mental) APdeBA Asociación pPsicoanalítica de Buenos Aires