La palabra Pachamama proviene de la cultura andina y surge de la unión de dos vocablos quechuas: "pacha" - espacio/tiempo -, que significa universo, mundo, lugar; y de "mama", que quiere decir madre.
La cultura andina tiene una cosmovisión en la cual la naturaleza, la Pachamama y el hombre conforman una unidad indisoluble. Las plantas, los hombres y los animales son considerados hermanos.
La Pachamama, la madre tierra, es una deidad que introduce la cultura incaica, con su culto, ceremonias, rituales y ofrendas en reconocimiento a sus bondades y sus furias. Es la Madre de las Madres, dadora de vida, la que madura las cosechas, diosa de la fertilidad, madre nutricia que cobija y contiene, pero también que reacciona ante los olvidos, descuidos y destrucción por parte de los humanos, desatando tempestades, maremotos, sequias, etc.
Las ofrendas a la Madre Tierra fueron y son una manera en la que los hombres simbólicamente le devuelven a la Pachamama lo que reciben, estableciendo de esta manera una reciprocidad entre el ser humano y la naturaleza.
Actualmente vivimos en un mundo pleno de contradicciones y cambios a una velocidad poco asimilable. Cambio climático, guerras, inteligencia artificial, todas situaciones y experiencias alejadas del cuidado de lo más primitivo, de lo que nos hermana y une, ya que es de lo que formamos parte. Actualmente observamos una distancia emocional en el afán de obtener lo que la sociedad de consumo nos propone.
El sistema capitalista, la contaminación, la aceleración del tiempo, la necesidad de tenerlo todo y ya; la sociedad del like y el éxito, nos fueron alejando de esa raíz común que es la tierra, nuestro hogar. El hombre en su afán del dominio sobre la naturaleza y la obtención de bienes materiales, ha quebrantando las leyes de la naturaleza buscando un bienestar circunstancial y por tanto efímero.
Mediante estas nuevas deidades, se atacan el amor y la armonía entre el hombre y la naturaleza y los humanos entre si. Pareciera que la destructividad comanda.
Esta situación genera en los hombres un estado de angustia, incertidumbre y desconcierto que constituye uno de los malestares en la cultura. Cómo afrontar estos temores y desafíos epocales.
Varios filósofos, científicos y hasta personajes del capitalismo nos fueron advirtiendo de esta situación de peligro.
Jean Luc Nancy en su libro <Un virus demasiado humano> considera que la pandemia es consecuencia de los excesos humanos sobre la naturaleza, mediante el uso indiscriminado de la tecnología produciendo zoonosis por ejemplo. Acota que deberíamos asumir nuestro modo de estar con y entre humanos y que vivimos más bien en contra de las formas de vida no humanas. Advierte que el virus no es un castigo divino sino que proviene de las condiciones que hemos creado, siendo así el síntoma de una enfermedad endógena creada por el tecno capitalismo que emplea el máximo de sus fuerzas para el logro de su objetivo sin medir las consecuencias presentes ni futuras.
Bruno Latour nos habla de tomar conciencia de que el ser humano modifica la fina capa del planeta donde habita. Nos dice “estamos los infelices que pensamos que, en un momento u otro, habrá que aterrizar: reconciliar la economía, el derecho, la identidad con el mundo real del que dependemos”.
Byung-Chul Han resalta que el imperativo neoliberal ‘sé feliz’ esconde una exigencia de rendimiento que intenta evitar estados dolorosos manteniéndonos anestesiados.
En su libro La sociedad del cansancio muestra que el agotamiento de la sociedad occidental a causa del exceso de positividad provoca individuos agotados, fracasados y depresivos. En La agonía del Eros, responsabiliza al neoliberalismo y su manía de convertir todo en mercancía, la desaparición de lo erótico y su reemplazo por lo pornográfico.
El empresario Elon Musk, advirtió sobre las capacidades destructivas que tiene la inteligencia artificial si no se controla adecuadamente.
El ChatGPT es una inteligencia artificial que está entrenada para mantener conversaciones. Solo habría que hacerle preguntas convencionales y las entenderá. Se la "entrena" para realizar de forma automática la tarea para la que ha sido diseñada. Con el tiempo, cargándole mayor información, será difícil diferenciar una respuesta humana de una de la inteligencia artificial.
Freud nos plantea que estamos regidos por dos tipos de pulsiones, Eros y Tanatos que laboran conjuntamente y mezcladas, prevaleciendo la de Vida por sobre la de Muerte, lo que nos mantiene vivos. La situación actual antes descripta nos muestra cómo por momentos la pulsión de Muerte con sus impulsos destructivos cobra vigor y avanza sobre la pulsión de Vida que busca unir y mantener la vida. Su poder de destrucción y autodestrucción guiado por el principio de Nirvana busca el retorno a lo inanimado, inorgánico, contrario a la vida.
Vivimos en este paradigma donde la búsqueda de logros materiales, la satisfacción inmediata o la aceptación de nuestra vida en las redes nos sumerge en estados de ansiedad, vacío existencial y frustraciones continuas.
En el afán de estas conquistas nos alejamos de la Tierra- Madre. La caída de los ideales, del patriarcado y los antiguos paradigmas existenciales van dando origen a otros estilos de conjuntos de mayor paridad. La verticalidad de la descendencia Dios- Tierra-Madre-Padre va siendo sustituida por relaciones, vínculos, colectivos de diferente natutaleza. Los colectivos ecologistas, los veganos, los que defienden los derechos de la mujer y los niños, el aborto, los contrarios al aborto, los que reivindican el culto a la tierra, etc, intentan sostener parte de las angustias y preocupaciones actuales.
Con una mirada más esperanzadora considero que este tipo de organizaciones, sin caer en nuevos fundamentalismos, puede dar lugar al deseo, a la vida y fecunda y contener los dolores que la sociedad capitalista del éxito y el consumo constante no tiene en cuenta.
Silvia De Grazia
Lic. en Psicología
Matricula 8703
Miembro activo de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) y de la Asociación Internacional de Psicoanálisis (IPA)