La obra dará inicio este fin de semana y deberá ser finalizada en un plazo menor a los 90 días. Estos puntos se sumarán a los otros cinco ya terminados, acercándose de a poco al número final que completará las catorce imágenes de la Pasión de Cristo.
Con el objetivo de avanzar en el armado final del circuito turístico religioso denominado Vía Crucis Ribereño, cuyas 14 estaciones se enclavan en diferentes puntos de la margen necochense del Río Quequén, el municipio invertirá cerca de 3 millones de pesos para dejar culminada la primera etapa del proyecto de remodelación y puesta en valor del sector.
“Esta obra había sido solicitada en el 2005 por la Asociación de Amigos del Paraje Las Cascadas y, después, la continuó el grupo Vía Crucis Ribereño desde 2018, auspiciado por el Obispado de Mar del Plata”, explicó el subsecretario de Obras Públicas de la comuna, Lisandro Dones, sobre el expediente que dio origen a esta intervención.
En cuanto al proyecto, “la idea es hacer todo el Vía Crucis, desde el Puente “Domingo J. Taraborelli” hasta el Paraje Las Cascadas, con sus 14 estaciones, iniciando este año los trabajos con la construcción y puesta en valor de cuatro de estos puntos que están divididos entre sí por una distancia aproximada de 700 metros”, reveló el funcionario.
Entonces, “las estaciones a completar en esta instancia serán la 5, la 6, la 7 y la 9, con el objetivo de ir acercándonos al número final, ya que la actualidad hay cinco ejecutadas y estas cuatro están iniciadas solo con la platea de hormigón”, detalló el titular del área que depende de la Secretaría de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, adelantando que en la etapa 2, que se llevará adelante el año que viene, se dará la culminación integral de todo el proyecto.
La obra demandará “casi 3 millones de pesos que salen de fondos municipales, mientras que la empresa adjudicataria es Denaro SRL y tiene 90 días para su ejecución”, indicó Dones.
Vale destacar que el objetivo de este proyecto, además del propiamente religioso, es el de seguir potenciando el sector ribereño, en este caso en una extensión de casi 10 kilómetros, originando espacios libres que permitan apreciar la belleza natural que ofrece el Río Quequén con sus variados saltos, curvas, altas barrancas y una nutrida fauna autóctona.
Sobre el diseño de las estaciones, “contempla una plataforma base irregular de hormigón armado asentada en un terreno firme sobre la cual se ubicará una base de tres pantallas, del mismo material, las que llevarán en su centro un espacio hueco destinado al empotrado de la cruz, que también será de hormigón con un aplique de madera en su frente”.
Finalmente, “en la base de la cruz se aplicará en relieve la imagen religiosa que identifica a cada estación”, señala el proyecto de Obras Públicas.