Milei cambia su postura hacia China y confirma su viaje para enero

El presidente Javier Milei confirmó su viaje a China en enero próximo, donde participará de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), marcando un cambio importante en su postura respecto al gigante asiático. En una entrevista con Susana Giménez en la Casa Rosada, Milei destacó la relevancia de China como un socio comercial clave para Argentina, sorprendiendo a muchos por su cambio de tono hacia la nación liderada por Xi Jinping. "China es un socio comercial muy interesante. No exigen nada, lo único que piden es que no los molesten", expresó el mandatario, un contraste significativo respecto a sus críticas iniciales hacia las autocracias.

Durante su campaña electoral, Milei se había mostrado reticente a estrechar lazos con regímenes no alineados con los valores de las democracias occidentales, subrayando la importancia de vincularse con Estados Unidos e Israel. Sin embargo, el pragmatismo económico parece haber inclinado la balanza hacia un enfoque más cercano con China, cuya influencia en la región sigue en aumento. La reciente reunión entre la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, con el canciller chino Wang Yi, es prueba de este giro diplomático.

Uno de los puntos clave que motivaron este acercamiento fue la renovación del swap de monedas con China, un acuerdo que resulta crucial para estabilizar las reservas del Banco Central de Argentina. “Nos sorprendió gratamente que, tras la reunión con el embajador chino, destrabaron el swap al día siguiente”, comentó Milei. Este movimiento refuerza la estrategia del gobierno argentino para asegurar inversiones chinas en sectores clave como el litio y el cobre, minerales estratégicos tanto para China como para Estados Unidos.

Este cambio de política exterior ha encendido alarmas en la Casa Blanca, donde las relaciones entre Argentina y China son vistas con cautela. La administración de Joe Biden, que hasta ahora consideraba al gobierno de Milei alejado de la órbita de influencia china, podría reevaluar su enfoque hacia Buenos Aires si estos vínculos siguen profundizándose. Este acercamiento no solo afecta a la relación bilateral con Estados Unidos, sino que también podría generar fricciones en futuras interacciones geopolíticas, dada la creciente competencia por los recursos estratégicos en América Latina.

La decisión de Milei de estrechar lazos con China marca un cambio en su política exterior, inicialmente enfocada en alinearse con las democracias liberales de Occidente. A pesar de su discurso crítico en la Asamblea General de la ONU, en el que calificó como "agenda socialista" los principios promovidos por el organismo, el presidente parece haber adoptado una visión más pragmática respecto a sus relaciones internacionales, guiado por las necesidades económicas urgentes de Argentina.

Con este nuevo enfoque, Milei busca consolidar una relación estratégica con China, mientras mantiene el equilibrio con otros socios tradicionales como Estados Unidos. Sin embargo, queda por ver cómo esta nueva postura afectará la dinámica diplomática y económica del país en los próximos meses.