En este nuevo hecho, tres vehículos estuvieron involucrados. Según fuentes oficiales, el conductor responsable del siniestro manejaba con 1.90 de alcohol en sangre, muy por encima del límite permitido.
Tras el impacto, Rocío Dusek, madre de Thiago, fue trasladada al Hospital Interzonal de Agudos con un traumatismo de cráneo y pérdida de conocimiento. Por su parte, el adolescente de 15 años sufrió politraumatismos y ambos fueron evaluados por los equipos de traumatología y cirugía.
En el lugar trabajaron personal policial, bomberos y ambulancias del SAME, quienes asistieron a las víctimas y garantizaron la seguridad vial tras el accidente.
La familia Franco ya había sido víctima de otro siniestro vial hace más de una década. Thiago tenía apenas 4 años cuando el auto en el que viajaba por la Ruta 226 fue embestido por el vehículo de Eduardo “Lalo” Ramos, quien manejaba alcoholizado.
El impacto provocó lesiones graves en el niño, que actualmente depende de una sonda nasogástrica para alimentarse y debe tomar 37 píldoras diarias. Ramos fue condenado por este hecho a dos años y medio de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación para conducir.
Rocío, madre de Thiago, ha dedicado su vida al cuidado del joven, enfrentando grandes desafíos emocionales y económicos.
“Se hace muy difícil estar emocionalmente estable, más viendo el deterioro de Thiago”, confesaba Rocío tiempo atrás en relación a las secuelas del primer accidente.
Este nuevo siniestro pone nuevamente en evidencia la problemática de los conductores bajo los efectos del alcohol y la necesidad de reforzar los controles en rutas para evitar tragedias.