
La mayoría de las retenciones estuvieron relacionadas con alcoholemia, con conductores que dieron positivo en los controles. El operativo, en el que participaron la Policía Federal, Caballería, Tránsito, Transporte y Grúas Trave, buscó reforzar la seguridad vial en una zona de alta circulación nocturna. Sin embargo, los resultados evidenciaron nuevamente la imprudencia al volante, especialmente por conducir bajo los efectos del alcohol.
Durante enero, más de 30 vehículos fueron secuestrados en diversos controles. El 5 de enero, las autoridades incautaron 12 vehículos en un solo operativo en la intersección de las calles 2 y 93, mientras que el día anterior también se registraron varios casos por alcoholemia.
En otro incidente, el 5 de enero, un conductor en estado de ebriedad impactó su vehículo contra un carro estacionado en la calle 63 entre 80 y 82. Tras el test de alcoholemia, que confirmó niveles elevados de alcohol en sangre, el auto fue retenido. Recientemente, otro conductor perdió el control de su Fiat Siena en la calle Pinos del Japón y chocó contra un árbol, con un resultado de más de 2 g/l de alcohol en sangre.
El viernes pasado, un motociclista intentó evadir un control en la calle Jesuita Cardiel y 40. Tras una persecución, cayó de la moto y abandonó el vehículo, que tenía un pedido de captura vigente desde octubre de 2024. Este tipo de conductas subraya la necesidad de reforzar los operativos y el respeto a las leyes de tránsito.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la irresponsabilidad al volante sigue siendo un desafío en Necochea. Los controles continuarán, pero para lograr un cambio real es necesaria una campaña de concientización que motive a los conductores a cumplir las normas y evitar riesgos innecesarios.
"La responsabilidad al volante no es negociable. Los controles no bastan si los conductores no asumen su papel en la seguridad vial. Es imprescindible un cambio de mentalidad para reducir las infracciones y prevenir accidentes", señalaron desde las fuerzas de seguridad.