
En medio de la sesión del Concejo Deliberante, el edil, que se autodefine como libertario, sorprendió a todos al citar y elogiar a Néstor Kirchner por su manejo de las finanzas durante su mandato presidencial.
“Vamos a mantener el equilibrio fiscal. No se puede gastar más de lo que se tiene. El superávit es una herramienta de liberación nacional”, lanzó Bartolomé, en un tono solemne, mientras varios de sus colegas se miraban entre sí buscando confirmar si habían escuchado bien.
Sí, el mismo Zubillaga que hace pocos meses rompió con el oficialismo porque, según él, Rojas estaba demasiado cerca del gobernador Axel Kicillof. El mismo que se mostró como una alternativa “libre del populismo” ahora parece redescubrir el legado kirchnerista… y abrazarlo.
Lo más insólito llegó cuando pidió “escuchar a Néstor”, como si el expresidente hubiese sido parte de su formación política desde siempre. Tal vez solo le faltó pedir un busto en el recinto.
Lo cierto es que, con esta insólita pirueta discursiva, Bartolomé logró lo impensado: ser más kirchnerista que Maximo, hijo de Néstor.
La política local nunca deja de sorprender. Y Bartolomé, menos.