
Las palabras de Zubillaga, que responsabilizaron a los allegados de Yabrán más que al propio empresario, no solo generaron indignación en distintos sectores políticos y sociales, sino que también provocaron una profunda tristeza y repudio en la familia del reportero gráfico asesinado en 1997.
En una charla en off mantenida con el periodista Horacio Castelli, Gladis Cabezas, hermana de José Luis, expresó su dolor por lo que consideró un intento de algunos actores políticos de utilizar el caso para ganar protagonismo. Sin citar declaraciones textuales, se desprende de la conversación que Gladis cuestionó duramente la actitud del concejal, entendiendo que este tipo de manifestaciones no hacen más que ensuciar la memoria de su hermano y banalizar un hecho que conmovió al país entero.
Para la familia Cabezas, lo ocurrido fue un crimen político mafioso, y no un exceso de aduladores o “chupamedias”, como sugirió Zubillaga. Además, señalaron que estas declaraciones resultan ofensivas y dolorosas para quienes lucharon durante años para que se haga justicia.
Durante la entrevista que generó el escándalo, Zubillaga expresó: “Yo siempre consideré que cuando fue el asesinato de Cabezas, fue más por chupamedia de todos los que lo rodeaban a Yabrán que por Yabrán mismo. Yabrán habrá pasado, habrá dicho ‘este tipo me tiene repodrido’, y estos otros, para quedar mejor, para traerle la presa en la boquita a los perros falderos, fueron capaces de asesinar a un tipo”.
Lejos de retractarse, el concejal incluso intentó minimizar el impacto de sus propias palabras, recurriendo a la ironía y la burla: “No digo que vaya a llegar a eso, pero muy probablemente en el próximo tiempo recibiré alguna opereta”, dijo entre risas, y agregó: “No la espero de Arturo, no la espero de Arturo”.
Mientras tanto, el repudio por sus expresiones continúa creciendo, y se espera que diversos sectores del ámbito político y periodístico exijan una disculpa pública y un mayor respeto por la memoria de José Luis Cabezas.